Opinión | el cuerpo en guerra

Amo a Eli

No la conozco más allá del vídeo que se ha hecho viral sobre su intervención esta semana en la entrega de premios de la Universidad Complutense de Madrid a alumnos ilustres, entre los que se encontraba ella, Eli, la alumna con la nota más alta de su promoción de la Facultad de Ciencias de la Información, mi nueva heroína y esperanza de futuro (antes no tenía ninguna). Paradójicamente, era galardonada junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, esa que ha ido cambiando su CV tantas veces y que ni siquiera se aclara muy bien sobre qué máster tiene.

Eli no ha podido ser más clara ni más combativa en su discurso. Y no se me ocurre mejor motivo para aprovechar la oportunidad de alzar la voz a través de un micrófono que arremeter contra la demagogia y el trumpismo de Ayuso, porque en el mercado laboral actual no sirve de nada ser la mejor de tu promoción. Nadie valora eso, pero sí tu alineación política. Y, ya que los medios de comunicación le bailan el agua a su «presidenta» (ese grito que proclamaban los miembros de Nuevas Generaciones del PP presentes en la sala), que al menos toda persona que tenga ocasión de hacer que su voz se escuche arremeta contra la «garante de la libertad» que tanto hace por el desmantelamiento de la Educación y la Sanidad Públicas, a cuyo funeral asistiremos pronto.

Ojalá todos fuéramos tan valientes como Eli. Ojalá a todos los que hemos sido Premio Extraordinario de nuestra promoción se nos hubiera dado la oportunidad de hablar a través de un micrófono, año tras año. Quizás tendríamos más clara cuál es la ruinosa situación y la falta de recursos de la Complutense, la Universidad Pública de referencia en España. Así que, compañeras, compañeros, todos aquellos que puedan hacer de altavoz: no dejéis de criticar una gestión que está haciendo del suicidio una alternativa aceptable para aquellas personas sin recursos económicos en una situación de gravedad que acuden a un hospital público y lo único que obtienen es una cita para dentro de un año, como señalaba la lectora Belén Hernández en su Carta a la Directora de El País.

No se me ocurre mayor falta de respeto para todos ellos, alumnos brillantes de una Universidad Pública en ruinas y pacientes de una Sanidad Pública desmantelada, que le concendan una condición de «ilustre» a la responsable de todo esto. Por favor, sed como Eli, amadla como yo. Ha demostrado que podrán difamarnos los periódicos de derechas, pero no podrán hacernos callar.

*Escritora y periodista

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