Opinión | mundo digital

La nueva lengua es audiovisual

Un ¿viejo? libro, original de 1988, alertaba sobre los peligros que acechaban al «hombre anumérico». Su autor, John Allen Paulos, advertía sobre la necesidad de formar al conjunto de la sociedad en una mínima cultura matemática, ya que el anumerismo, un término acuñado para la ocasión, estaba detrás de las incapacidades para observar el mundo y analizarlo con cierta racionalidad.

Un ejemplo evidente de la manipulación basada en la escasa comprensión numérica lo encontramos en las estadísticas, en los gráficos que nos ofrecen algunos medios ¿informativos? con escalas elegidas ‘ad hoc’ para trasladar el mensaje interesado, que no siempre coincide con lo que dicen los datos. Nada mejor para engañar a la audiencia que una imagen distorsionada que corrobore lo que estamos afirmando. Lo visual entra por los ojos.

Esta reflexión nos conduce a la primacía del lenguaje audiovisual en la comunicación contemporánea. Existe una cierta nostalgia de un momento pasado en el que, al parecer, todo el mundo sabía comunicarse de manera oral o escrita con una precisión cercana a la perfección. Esto no es cierto. Las élites siempre han sabido comunicar --y comunicarse de manera interesada--, y las narrativas sociales han estado determinadas y dominadas por una minoría. De esta manera, y reconociendo todos los problemas de la sociedad actual, el fracaso del modelo de clases magistrales, por ejemplo, no significa el fracaso de toda la educación. Quizás el de una forma de entender la educación, pero ese es otro debate.

Los jóvenes, nuestros hijos e hijas, apenas leen y viven atentos a los móviles que nosotros mismos les hemos regalado. Que no se comuniquen con nosotros no quiere decir que no lo hagan con otros jóvenes de su edad, de todo el mundo. Su lenguaje es, ante todo, audiovisual, y por eso pensamos a veces que no hablamos el mismo idioma. Porque es cierto que no lo hablamos. La cultura de nuestra generación es una cultura escrita que se basa en los libros y la letra impresa. La nueva cultura global está hecha de imágenes y sonidos. Jorge Carrión, siempre atento, habla de una «ecología de la escucha», porque además de esas redes tan atractivas y peligrosas a la vez, como TikTok o Instagram, convivimos con el auge de los pódcasts en este mundo acelerado y creativo.

Cualquier tiempo pasado no fue mejor, aunque a nosotros nos lo parezca. Explorar un lenguaje común con los jóvenes puede ser el mejor camino para tener otra perspectiva. Comuniquémonos.

*Economista | @ebpal

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