Opinión | Tribuna abierta

Beatriz de Hinestrosa, la Malmuerta

La enigmática denominación de la Torre encierra parte de la historia de Córdoba

El asesinato de Beatriz de Hinestrosa a manos de su esposo, Fernán Alonso, en 1448, es posiblemente la base de la leyenda de la Torre de la Malmuerta.

A pesar de que desde ese suceso hayan pasado casi seiscientos años, la nombramos, sin saberlo, continuamente. El nombre de la Torre con su enigmático nombre encierra parte de la historia de Córdoba, que ahora se alza como un autentico símbolo contra la violencia de género, pues la sabiduría popular bautizó el monumento con un apelativo que no puede pasar desapercibido y que ha dado lugar a multitud de interpretaciones y estudios.

Llevada por un enorme interés y curiosidad, me propuse hace años conocer más sobre la torre, su leyenda y la verdadera historia. Mi pequeña investigación me llevó por caminos inesperados hasta encontrar y rescatar una de las piezas de esta historia, la copia de la trascripción del indulto otorgado al asesino: el Privilegio Rodado otorgado por el Rey Don Juan Segundo de Castilla en 1449 a Don Fernando Alonso, veinticuatro de la ciudad de Córdoba, que se encontraba en el Archivo Histórico Nacional en la colección de documentos inéditos para la historia de España

Pero empecemos por el principio: Beatriz de Hinestrosa fue prometida en matrimonio al señor Fernán Alonso, veinticuatro de Córdoba, señor de Belmonte, de gran renombre y poderosa familia. Poco importaba entonces que Beatriz tuviera apenas doce años, y nada sabía de la vida, para trasladarse con su esposo a la casa solariega que estaba situada en la que ahora se llama plaza del Conde de Priego, muy cerca de la Torre de la Malmuerta.

Según se decía, las cacerías interminables alejaban meses al esposo de su casa, y Beatriz ocupaba su tiempo esperando su regreso en compañía de sus criadas Catalina y Beatriz, y las visitas de sus primos, Jorge , comendador de Cabeza de Buey y Fernando, comendador del Moral, ambos de la Sagrada Orden de Calatrava.

El esposo urdió un plan, creyéndola erróneamente adúltera con su primo Jorge, para matar a su esposa en un terrible episodio donde también dio muerte a las criadas y a los dos primos de Beatriz, que mas tarde se recogería en las coplas de Antón de Montoro y en una famosa obra de Lope de Vega, ‘Los Comendadores de Córdoba’ entre otras.

Un crimen múltiple de esta entidad no podía quedar impune. La justicia de la época castigó al culpable. Los hechos, las circunstancias concretas y los detalles quedarían recogidos en una sentencia con la que no contamos desgraciadamente, pero de su existencia no puede haber ninguna duda, porque lo que encontré, por la generosa mediación de una amiga, es la copia del documento que recoge el indulto del que se benefició el asesino, es decir, el Privilegio Rodado otorgado por el Rey.

Cuando recibí la copia del documento, debidamente sellado y legitimado por el Archivo Histórico Nacional, comprendí que tenía entre mis manos una pieza del rompecabezas, una parte de la historia de Beatriz de Hinestrosa, de su asesinato, que en definitiva también forma parte de la historia de Córdoba y desde ahora lo pongo a disposición del Archivo Municipal. Quizás este documento nos pueda llevar a completar la historia con otros documentos complementarios o quizás con la sentencia.

La literatura y la leyenda sobre el asesinato fueron deformando la realidad,trasladando los hechos unos metros más abajo, en la mismísima torre, pero la gente siempre pensó que la pobre Beatriz había sido injustamente asesinada, de ahí el nombre de la Malmuerta.

Durante más de treinta años, el esposo, Fernán Alonso, que volvió a su residencia inicial tras cumplir los requisitos que le exigía el indulto, es decir, vivir un año y un día en la ciudad, entonces fronteriza, de Antequera con toda su familia y sus bienes, a fin de afianzar este territorio continuamente amenazado y ganado para la corona, guardó el secreto de lo que realmente había sucedido.

Puede ser que el remordimiento lo acompañara el resto de su vida, porque otorgó testamento en Bujalance, ya en 1474, y en él se acordó de su joven esposa, Beatriz --lo sabemos porque el testamento también se conserva en la Sección de Nobleza del Archivo Histórico Nacional-- y en él reconoce de alguna manera su culpa, legando la dote que se le entregó por su matrimonio, 30.000 maravedís, para oraciones por el alma de Beatriz, en un último y póstumo intento de reparar lo irreparable.

En su testamento también dejó instrucciones para ser enterrado en la Capilla de San Antón en la Iglesia Catedral de Córdoba, donde yace desde entonces.

El asesinato de Beatriz de Hinestrosa dio lugar a la Leyenda de la Torre de la Malmuerta, pero la verdadera historia no la conocemos. Todavía.

*Abogada

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