El navegador del coche pronostica que el trayecto dura 54 minutos. La mayor parte será en autovía hasta llegar a Lucena, con su silla gigante, símbolo de liderazgo de un sector cuya historia que encierra en su museo podría contar también la historia de este país. Del boom al pinchazo, de la burbuja a la realidad. Pero ahí se mantiene imponente, resistiendo los envites y devolviendo la dignidad a una industria que sigue siendo hoy un referente. A pocos metros, la reinvención. La huella creciente de otra actividad a la que se empezó a mirar más y mejor cuando lo de siempre falló: las fábricas de frío industrial.
Continúa el camino ya por carreteras secundarias, rodeadas de olivos que empiezan a dar los primeros aceites frescos de su denominación de origen. Atrás se dejan los viñedos de Montilla-Moriles.
Rodeada por la Subbética, Rute asoma entre el olor a algodón de azúcar y el ruido de los autobuses que entran y salen con visitantes venidos de todas partes y a quienes muestra estos días todo aquello que la ha convertido en «el pueblo de la Navidad». Anís, polvorones, chocolate, turrones y también jamones y chacinas.
Como si tuviera que esperar su turno y salir cuando no quiere nadie, la provincia permanece a menudo en un segundo plano durante la explosión de la primavera cordobesa o en los veranos de sol y playa. Es ahora cuando emerge con fuerza el Belén de chocolate, pero también cuando vamos a por el aceite nuevo, cuando los pueblos del norte se preparan para las matanzas, cuando las mejores rutas se abren paso entre los senderistas. Antes se celebró el vino nuevo, se degustaron quesos o se mostraron los mejores ibéricos de Los Pedroches.
Estos días miles de visitantes disfrutan de estos y otros atractivos de la provincia, que no deja de ofrecer alternativas y propuestas, algunas de las cuales se han conocido estos días en la Feria de los Municipios. Por la cita han pasado más de 45.000 personas, un éxito teniendo en cuenta el papel de actriz secundaria al que parece estar relegada la provincia cuando se habla de turismo.
Mientras tanto, en la capital se inaugura la nueva terminal de un aeropuerto que sigue sin recibir vuelos comerciales ni pasajeros y a la espera de su gran oportunidad, lo que supondría situar a Córdoba en el mapa de los destinos internacionales. Málaga y Sevilla han estado hace unas semanas a la gresca a cuenta de una ruta para unir Andalucía con Nueva York, que finalmente se realizará desde la Costa del Sol. Córdoba, sin embargo, es la única ciudad andaluza que, aun teniendo un aeropuerto, sigue sin vuelos comerciales. ¿Cuánto tiempo más habrá que seguir esperando?
** Periodista