Diario Córdoba

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Ana Castro

EL CUERPO EN GUERRA

Ana Castro

¿Conflicto generacional o cronofobia?

Cada vez hay más personas que sufren miedo al futuro

Últimamente he advertido que a muchas de nosotras nos gustaría toparnos con nuestra yo adolescente o veinteañera, abrazarla y decirle: «Tranquila, no sufras tanto, todo irá bien». ¿Va bien realmente? Desde luego la vida no es tan difícil como cuando estamos comenzando, aunque por el camino queden colgadas todas las otras vidas que no elegimos y muchos «¿y si...?» Supongo que llegamos aquí por algo, que es donde creíamos que debíamos estar, y, de cuando en cuando, nos tiemblen bastante los pies. Pero, ¿y seguir?

Cada vez hay más personas que sufren cronofobia o miedo al futuro (si las cosas ya están crudas ahora, ¿cómo lo estarán en 20 años?) y no creo que sea fruto solo de las sucesivas crisis económicas, catástrofes medioambientales y del devenir del capitalismo y la política. En primer lugar, la Ilustración nos inculcó esa idea del continuo progreso, que el futuro siempre sería mejor. En segundo lugar -y creo que es el aspecto más relevante- es que vivimos (los que estamos entre los treinta y los cuarenta) junto a una generación que había conseguido justo eso: ir progresando en la vida. Nuestros abuelos fueron a mejor (en muchos casos desde la pobreza extrema), nuestros padres (con suerte) han tenido también esa oportunidad (y algunos hasta una segunda residencia). Crecimos en una realidad en la que todo era más sencillo, todo eran avances.

Ahora vivimos inmersos en una continua crisis personal, laboral, económica..., con una inestabilidad laboral brutal, sin ahorros y sin casa propia, y en la mayor parte de los casos sin posibilidad de respaldo económico por parte de nuestros familiares, cuyas problemáticas comienzan a pasarnos factura y de las que a menudo tenemos que asumir el mando. La película The Humans refleja este terrorífico drama a la perfección. Con semejante carga familiar, ¿cómo no vamos a tener crisis de ansiedad o incluso a vivir en un estado de ansiedad constante? No vemos futuro.

Nuestros padres (esperemos) tendrán una pensión digna, aunque llegará un momento en el que tengamos que ayudarlos y asumir sus cuidados... cuando ya hacemos cabriolas para mantenernos a flote nosotros mismos y encargarnos en condiciones de nuestros hijos (los que pueden permitirse tenerlos). Pero, ¿qué será de nosotros? ¿Nos echamos a reír o gritamos nerviosamente al hablar de pensiones? ¿Tenemos un miedo razonable al futuro o es que nos vendieron un progreso que no será extensible a nuestra generación? Entonces, ¿entonamos ya el ‘No future’?

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