Diario Córdoba

Diario Córdoba

Miguel Aguilar

LA VIDA POR ESCRITO

Miguel Aguilar

Una sola salud

No tiene sentido aplicar la idea solo de forma local en el mundo rico, es necesario extenderla

No acabamos de salir de la covid-19 y ya estamos con la viruela del mono. Esta enfermedad, rara en Europa, aunque endémica en algunas regiones de África, no parece muy preocupante de momento: es menos transmisible y sus daños suelen ser limitados. Hay muchas dudas aún sobre cómo ha llegado hasta aquí y por qué esos brotes casi simultáneos en varias ciudades de europeas. Incluso ha llegado a plantearse la posibilidad de que se trate de un ataque biológico en el contexto del conflicto de Rusia con Ucrania y Occidente.

La viruela del mono y la covid-19 tienen algo en común: ambas son zoonosis, enfermedades de animales que se transmiten a humanos. Aunque nos dé la impresión de que son algo nuevo, muchas zoonosis han estado ahí desde siempre. Las autoridades veterinarias reconocen que el 60% de los agentes patógenos que causan las enfermedades humanas provienen de animales domésticos o salvajes, un 75% de los agentes patógenos humanos emergentes son de origen animal, y hasta el 80% de los patógenos con riesgo de ser usados en bioterrorismo son de origen animal. La Organización Mundial de la Salud admite la existencia de más de 200 zoonosis provocadas por virus, bacterias u hongos, y con distintas dinámicas. Hay zoonosis que causan brotes recurrentes, como el ébola o la salmonelosis, pero se mantienen bajo control. Otras, sin embargo, como la covid-19, acaban provocando pandemias. Y las hay como el VIH, que mutan y se convierten en variantes exclusivas de humanos.

En el mundo desarrollado, con una buena medicina y salud pública, la mayoría de las zoonosis se han erradicado o se mantienen bajo control. Así ha ocurrido con la brucelosis, la rabia, la peste bubónica o la toxoplasmosis. La realidad en África o amplias regiones de América y Asia es bien distinta. Solo en la India, por ejemplo, la rabia mata anualmente a decenas de miles de personas. Con la globalización, el turismo y los múltiples conflictos en el mundo, el tráfico entre personas, animales y mercancías se ha intensificado, y con ello han aumentado las posibilidades de que una enfermedad zoonótica se extienda. Igual que la economía, la política, y la cultura se han globalizado, así lo ha hecho también la salud.

El cambio climático, con el aumento de temperatura que lleva aparejado, también influye en el desarrollo de zoonosis. Una subida de temperaturas de uno o dos grados cambia las condiciones de vida de los seres vivos que ocupan un área y altera los equilibrios de los ecosistemas. También favorece el desarrollo de determinados vectores portadores de enfermedades. Es lo que ha sucedido en España, por ejemplo, con el mos-quito tigre y las garrapatas, que han provocado la aparición de enfermedades como la fiebre del Nilo Occidental o la fiebre de Crimea-Congo. Otros cambios medioambientales como la deforestación y la construcción de grandes infraestructuras durante la colonización de espacios salvajes también han provocado un desplazamiento de especies hacia zonas habitadas y un aumento de la probabilidad de interacción entre animales, patógenos y humanos. Ante esta nueva realidad global, la respuesta debe ser la prevención y una política sanitaria realmente integral. Es imprescindible aplicar el concepto de «una sola salud» (one health en inglés). Pero no tiene sentido aplicar la idea de una sola salud solo de forma local en el mundo rico. Es necesario extenderla a todo el mundo. La respuesta a las crecientes amenazas para la salud pública debe implicar a médicos de todo el mundo, pero también a veterinarios, y también biólogos y demás especialistas que puedan ayudar a comprender las complejas relaciones entre las múltiples formas de vida que nos rodean y cuya interacción y competencia no podemos ignorar. Aunque a veces nos creamos los reyes de la creación, el mundo microscópico ahí afuera no ha dejado de ser una selva inhóspita. Y no debemos ignorar el hecho de que todos vamos en la misma nave. O luchamos juntos por salvarnos todos o solo sobrevivirán los resistentes.

* Profesor de la UCO

Compartir el artículo

stats