Diario Córdoba

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Miren Uruburu

LA RUEDA

Miren Uruburu

Si el padre Feijóo levantase la cabeza...

Algunos profesores de Secundaria de Andalucía nos hemos sentido presionados y maltratados por los padres de algunos alumnos durante las últimas semanas a propósito de las celebraciones de las distintas romerías de los pueblos. Después de intentar con mucha fuerza y respeto ponernos en el lugar de esas personas que crecen venerando a su Virgen por encima de todo, estamos decepcionados y asustados. Decepcionados, porque una vez más nuestra autoridad no solo queda anulada, sino también pisoteada. Y asustados, porque no entendemos de qué forma algunos padres transmiten a sus hijos los valores del esfuerzo y el sacrificio.

«Cambia la fecha del examen porque ese día es la romería de nuestro pueblo». «Ese día no puedes hacer el examen porque el día anterior se acaba la romería y los niños estarán cansados». «El día anterior a que comience la romería no venimos a clase porque tenemos que preparar los trajes y vamos a la peluquería». «Ese profesor tiene muy mala leche, porque ha puesto el examen justo el día que volvemos a clase después de la romería». «Este año vamos a ir toda la familia a la romería del pueblo de al lado, así que le tienes que cambiar los exámenes a mi hijo». Estos son algunos de los mensajes que hemos recibido: nos tratan sin fórmula de respeto alguna, no nos piden por favor los cambios deseados, sino que nos los ordenan, diseñan nuestra agenda y con este comportamiento nos dejan en un lugar lamentable delante de sus hijos. ¿Qué día, a qué hora, se puede hacer un examen en la tercera evaluación en Andalucía? ¿Cuál es su orden de prioridades? Entendemos e incluso valoramos de forma positiva que sus hijos hereden la fe de sus mayores, pero creemos que ese precioso regalo debe estar acompañado de otros valores necesarios para construir hombres de bien: la responsabilidad, el esfuerzo, el sacrificio y la capacidad de renuncia cuando es necesario decidir. Usted y su hijo pueden decidir que este falte a clase en días lectivos, pero de la misma forma deben asumir las consecuencias. Y las consecuencias no se asumen obligando a los demás a que giren alrededor de sus circunstancias. Si el padre Benito Jerónimo Feijóo, que temía tanto la impiedad como la credulidad supersticiosa, levantase la cabeza, recordaría que a su Virgen también se le puede ofrecer la satisfacción del trabajo bien hecho.

** Lingüista

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