Muerte entre corales’ es la última novela publicada por Desiderio Vaquerizo Gil; un relato de madurez, valiente, sincero, comprometido y que con un estilo fiel a su esencia está llamado a convertirse en una de sus mejores creaciones. Hablo de una historia apasionante que se vive con intensidad desde la primera hasta la última página, sufriendo, gozando, sintiendo con unos personajes maravillosamente creados, vivos, que enriquecen y nos regalan algo, quizá un futuro; una historia de historias reales, verosímiles, tan empapadas de dureza y dramatismo que sobrecogen y emocionan; una historia de bellísimas historias de amor, rebosantes de ternura, de pasión y de esperanza; una historia de historias magistralmente hilvanadas con el hilo del sufrimiento y la frustración que invitan a reflexionar con serenidad. Historias con las que el autor pretende rendir homenaje a «esos héroes contemporáneos que consagran de forma altruista y generosa su vida a los demás, que luchan de forma callada y a diario por conseguir una mayor justicia social en el mundo, el final de las guerras y de la explotación infantil, la redistribución de la riqueza, una mejor política medioambiental, o la salud y el bienestar para tantos desfavorecidos que en ocasiones malviven a solo unos kilómetros de nuestras fronteras mientras nuestros Gobiernos y también muchos de nosotros, preferimos mirar para otro lado». Entre ellos incluye también a muchos periodistas, que arriesgan su integridad física para convertirnos en testigos privilegiados de situaciones que muchos querrían ver silenciadas. Y lo hace con maestría creadora, con pulso narrativo firme hasta el estremecedor final, con su mirada privilegiada de poeta, con su prosa poderosa, limpia, leal, con sus ojos siempre curiosos, creando una galería de personajes fascinantes, reales, vivos, llenos de matices, humanos y próximos a cualquiera de nosotros, si bien ellos han elegido otra forma de enfrentar sus vidas, o la vida les tenía reservado un destino distinto. Él les da entidad, para después dejarlos y que sean ellos mismos desde su propia experiencia, desde su dura realidad los que tracen su nivel de compromiso, su entrega, su empatía, su grandeza, su altura moral.

Óscar, comprometido, arriesgado, lleno de vida y de futuro, un hombre bueno, un idealista que aspira a cambiar la realidad. Pepa y su descubrir que, a pesar de todo, y en medio del horror más absoluto, la vida puede ser hermosa y que, de pronto, sobre el negro de la muerte y el gris del fango, la luz vuelve y abre una brecha de esperanza, devuelve a personas y cosas un poco de la belleza y de la ilusión perdida, se impone como firme garantía de que el mañana existe. Curro, prisionero de sí mismo, ingenioso, entrañable, tierno y leal, «un tío como la copa de un pino», cuajado de matices y sensibilidad, que también sufre. Javier, convencido de que realmente el mundo puede ser mejor, de ahí su grito desgarrador, el mismo de tantos otros que, sin elevar nunca la voz, son los grandes héroes de nuestro tiempo. Elsa, generosa y altruista, que acaba por comprender que su lugar en el mundo está junto a gente que sufre. Emérancy, cargada de escepticismo y desesperanza. Y Elvira, Martín, Eduardo, Álvaro... Portentoso universo literario. Personajes llenos de pasión, de verdad, de sentimiento, ante los que resulta imposible no implicarse y que siguen respirando con nosotros una vez acabada la novela. Cuesta deshacerse del ambiente que se respira, de su presencia, de sus voces.

‘Muerte entre corales’ no es una novela de lectura fácil, ni tampoco una historia complaciente. Es una oportunidad, un reto, casi una provocación que llega en un momento crítico, trascendental. Llega en este tiempo tan singular y agónico que nos ha tocado vivir, marcado por avances sin precedentes en bienestar, ciencia, salud, economía, cultura..., pero también por una de las mayores crisis de valores que haya conocido la historia del hombre; un tiempo que nos mantiene alienados tras múltiples pantallas, de estímulos rápidos y respuestas inmediatas, de contaminación ambiental y lumínica, de individualismo y aislamiento, en el que hemos dejado de comunicarnos mirándonos a los ojos. Léanla sosegadamente y sin prisas. Les será imposible no implicarse con los personajes. Escuchen sus voces; tienen mucho que decirnos; y después escúchense a si mi mismos, escuchen a su conciencia removida. Es momento de reflexión, de reorientar muchos aspectos de nuestro devenir cotidiano, de eliminar toxicidades; de saber quiénes somos y qué mundo vamos a dejar a las generaciones venideras. Porque... el mundo puede ser mejor. Todo un reto, y una catarsis.

‘Muerte entre corales’ es una novela extraordinaria. Tal vez no alcance la categoría de best seller, pero en sí misma es ya una victoria.