Son las cuatro de la mañana y una pesadilla no me deja dormir. Esto sí que son pesadillas, pero no por el miedo que acarrean sino por el coñazo que significan. Resulta que he soñado con Casado, Garzón y con Julián Muñoz. De verdad os digo que no estoy de cachondeo. Otra cosa es que aquí pues no cuente todo por pudor. Solo decir que espero que Julián Muñoz, con la fama que está cogiendo de enamorado herido, no salte otra vez a la política por aquello del interés electoral; no se confundan los políticos que el pueblo es mucho más sabio de lo que creen ellos y una cosa es que veamos en la tele el acoso impune que se le está haciendo a la Pantoja desde hace años como si la muchacha hubiera participado en el atentado del 11M ( y todo para que una veintena de periodistas despreciables vivan como ricos) y otra, que estos políticos actuales tan vulgares como esos periodistas, crean que la gente votaría a Julián Muñoz. Bueno, pues sigamos. Ahora me refiero a Garzón, ese peaso de ministro que exporta pesimismo y no porque haya criticado la ganadería extensiva o macro granjas porque eso puede tener debate serio, sino porque que ha dicho que la carne española podría tener más calidad. Eso no lo puede decir un ministro español al mundo, leche, porque el ministro está para conseguir una carne cada vez mejor pero no está para criticar a los suyos y hundir las exportaciones (personalmente yo creo que la carne española es la caña). Pero lo que a mí más me sorprende es como ese hombre se las da de tener una ética superior habiendo aceptado ser ministro siendo su partido el menos votado. Que sí, que los juegos democráticos para conseguir la mayoría son así, pero otra cosa es la dignidad personal de cada cual y lo consecuente que se tiene que ser por ello. Porque una persona con dignidad, no puede aceptar un cargo representativo sin que lo legitimen las urnas. Pero este sin dudarlo se coloca al vuelo pasando por un tubo del nulo apoyo popular que da sentido al cargo que trinca (les recuerdo que no está ahí por altruismo). ¡Qué fuerte! Pero ahora coge a Casado a ver dónde lo ponemos porque el muchacho quiere ganar las elecciones exclusivamente haciéndose fotos con vacas como si el pueblo español no fuera diverso sino un rebaño monótono. ¿No tiene este señor más argumentos para ganar las elecciones que demonizar a un ministro por unas afirmaciones discutibles? ¿Así cree que va a ganar las elecciones? ¿Pero que se cree, que lo van a votar las vacas y los dueños de las vacas nada más? ¿Y los otros problemas que hacemos con ellos? Puf y ahora ya lo peor de la pesadilla precisamente porque podría pasar en realidad: Julián Muñoz, en un debate de a tres (Julián, Casado y Garzón) era infinitamente más convincente.

** Abogado