En Córdoba hay muchas plazas. Más de 80 en el casco antiguo. Todos hemos transcurrido alguna vez por una plaza. Y las de Córdoba parecen erigirse en notarias de la historia donde se ha quedado impregnado en la piedra todo ese simbolismo político y religioso que enmarcado de cielo y piedra hicieron a esos espacios los elegidos de celebración de coronaciones, ejecuciones, manifestaciones, procesiones, canonizaciones... En definitiva toda aquella vida que una ciudad necesita para colmar esas aspiraciones que en una plaza van del cielo a la tierra. Actividades sociales, comerciales y culturales trenzadas de fiestas, manifestaciones, juegos, mercadillos o cualquier acto público imaginable. Pero una plaza o su concepción primigenia no nace de una simple casualidad o capricho, o al menos no debiera. Una plaza que se precie y en Córdoba hay muchas debe de cumplir con esa causalidad que la debe de conformar como un espacio abierto de tolerancia donde el respeto a la diversidad debe de desplegarse por sus rincones. Y por supuesto, tener ese carácter inclusivo e integrador que toda manifestación social y cultural ha de tener. Sin olvidar, ante todo que una plaza debe ser un lugar de tolerancia y respeto a la diversidad pues su actividad fundamental forma parte de la gestión cotidiana.

No es baladí que muchos de los edificios públicos hayan elegido una plaza a mayor honra y gloria. Pero también las plazas son espacios verdes donde los ciudadanos se despejan y oxigenan sus cuerpos y mentes con su vegetación, además de servir de recreo para niños y adultos con sus juegos y bancos para sentarse y disfrutar de la amistad. En Córdoba, Urbanismo estudia recuperar la plaza situada entre la Calahorra y el Rey Heredia. Solo nos queda esperar que el proyecto cumpla con ese modelo de plaza cordobesa. Desde el punto de vista social, la plaza debe ser integradora, inclusiva, promotora de tolerancia, respetuosa de la diversidad, y funcional a las necesidades de sus usuarios reales. Estas cuestiones son parte del diseño, son parte de la gestión cotidiana y son formadoras del modelo de sociedad democrático deseado.

*Mediador y coach