Tengo que dar las gracias a Agredano por su mala crítica de la ultima película de Sorrentino. Le doy las gracias porque su crítica negativa me ha animado a escribir la mía. Es verdad que es lenta, es verdad que quizás necesita un estado de ánimo, que necesitas frustrarte y abandonar para poder regresar a ella, pero el resultado es una obra de arte, completa, natural y surrealista como es la vida misma. Sorrentino maneja como nadie una multitud de  relatos, el normal en el que se cuenta una historia con sus diferentes secuencias, la del ojo del director de cine que desde joven no puede evitar ver la vida en planos cinematográficos, como los ojos del fotógrafo, que aunque no lleva la cámara visiona la realidad como si solo se viera desde los límites que permite el objetivo, y también lo  que impacta en un adolescente que como tal, ama y odia todo lo que le rodea, sin comprender los complejos entretejidos de los motivos de la vida, de unos padres que se aman y una madre que acepta una infidelidad crónica  sin aparente sentido. A veces hace falta un error para reforzar una certeza. Una realidad que por momentos se le hace plana, vacía y absurda, y un momento después es insoportable por la contundencia de la muerte. Si te impiden mirar a la cara a la muerte, no puedes incorporar esa visión a la razón y al final a la aceptación.

EstÁ plagada de signos, de símbolos que acompañan el cine de la posguerra italiana, de Fellini, del hiperrealismo en el que se muestra la dureza de salir adelante confrontado constantemente con la naturaleza, aparentemente estática pero en constante transformación, la mafia incipiente, la opción de vivir para olvidar tal y como elige su hermano mayor al ver imposible su vida como actor “solo tiene aspecto de camarero”. La cinta no es fácil, es compleja como cualquier vida y con el tiempo olvidaré los motivos, los hechos, los sucesos, pero quedan en mi para siempre el impacto de las formas, de las imágenes y de los sentimientos, de los no colores, del vértigo en la boca del estómago esperando que pase algo más terrible aún de lo que se está viendo. Gracias Agredano y gracias a Sorrentino