Cuánto nos alegramos de que el flamenco este declarado Patrimonio de la Humanidad. Que el mundo entero pueda vibrar con los cantes y la riqueza de los variados palos, con el toque de guitarras en magistrales manos o en las más sencillas, y además, que un baile vaya sincronizado ante tanta expresión artística. Se une a ello un ritual de gestos, luces, colores, formas y tanta riqueza lingüística y gestual, que produce emociones difíciles de explicar.

El próximo viernes en el marco del palacio Portocarrero se presenta el libro ‘Flamenco Universal’, del palmeño Manuel Reyes Torres, un apasionado del arte flamenco por linaje familiar, por vivencias únicas y como guitarrista que ha aprendido de los grandes los misterios de la guitarra. La velada promete imágenes y sonidos de trazado romántico entre patios, jardines, luz de luna y aroma de otoño.

Cuatro flamencos de la investigación nos han ofrecido nuevos e importantes datos sobre la Edad Moderna en las jornadas de Portocarrero. Rafael Pérez, Juan Aranda y el flamante premio nacional de Historia, Antonio José Díaz, junto a Enrique Soria Mesa, nos dejan registros para continuar, así, en la figura del místico Fray Bernabé de Palma, los numerosos documentos de la Inquisición en Palma del Río, el movimiento cofrade desde el minuto cero o los que huyeron de las persecuciones cambiando sus apellidos y suculentas biografías. Vivir para ver.

Tan flamenca y artística Alicia Córdoba, quien desde el Archivo Histórico Provincial se vino con la exposición ‘Córdoba en llamas’, hasta Las Caballerizas. Y por las parroquias, Soledad Gómez, catedrática del arte investigador, nos trajo un libro concienzudo que demuestra el tesón del silencio de los archivos. El alemán Heinrich Peter nos cautivó con la conexión temporal del misticismo franciscano y la reforma luterana. Doctores tiene la Iglesia. Y atención, Ana Belén Gamero llega en días a la Real Academia de Córdoba. Ya os contaré. Gente preparada, humilde y honesta. Cuánta gente flamenca y «guena».

*Historiador y periodista