Si tuviéramos que definir la esencia del Ejecutivo sanchesco, ésta sería la que me vendría a la cabeza: la de un gobierno que funciona a salto de mata, por golpes de efecto, por la falta de formas y el poco fondo, y por la inoportunidad comunicativa. El kit completito. Y en esta semanita ha demostrado destrezas diversas, especialmente con el anuncio de la nueva Ley de la Vivienda, el bono cultural, la tercera dosis de la vacuna para mayores de 70 años... Buenas intenciones, poco talento político. Fundamental proteger a los sectores de la sociedad más desfavorecidos, los mayores más vulnerables, ¿pero es realmente indispensable una tercera dosis? ¿Demasiado stock de vacunas? Pues, envíelas al Tercer-Cuarto mundo que harán mejor servicio que aquí. ¿O es que lo que necesitan es el control absoluto de la población, inoculación física y mental? Debates aparte, lo que si resulta sorprendente es que se anuncien asuntos de tanto interés social como el bono cultural, sin apuntalar detalles tan relevantes como el modo en el que se va a poner en marcha el reparto de esos 400 euros al cumplir 18 años, ni qué tipo de actividades culturales podrán disfrutarse con el dichoso bono, ni por qué destinar esos aproximadamente 200 millones de euros a esos casi 500.000 españoles, y no emplear fórmulas más directas para activar el tejido de la industria y el sector cultural tan necesitado de ayudas. De momento, llenamos los papeles de bonitos titulares. Luego, Dios proveerá. ¿Y de los cambios tan controvertidos que introducirá en la regulación del mercado de la vivienda, la nueva ley, qué me dicen?, ¿por qué no trabajar en consenso con todos los agentes que entrarán en el juego antes de lanzar patatas calientes y generar más crispación social y política? Incorregibles criaturas.

 ** Periodista y profesora de Universidad