Me ha sorprendido la aceptación que ha tenido el Centro logístico del ejército de tierra entre las fuerzas vivas de nuestra ciudad. Pocas veces una propuesta ha logrado tanta unanimidad entre los partidos políticos, los sindicatos (mayoritarios), la universidad y representantes vecinales. El entusiasmo mostrado es debido a que consideran que con el Centro llega un nuevo sistema productivo a nuestra ciudad que traerá crecimiento industrial y nuevos empleos. Como no he podido entender en que realidades se basan esas esperanzas, debo suponer que me he perdido algo.

Este apoyo unánime es especialmente sorprendente, cuando Córdoba tiene un modelo económico, político y cultural en nada dependiente de lo militar y sí ligado al turismo, una actividad que crece con la paz y que lleva lustros recibiendo inversiones públicas para lograr un reconocimiento universal de su casco histórico y sus monumentos, representado especialmente por la Mezquita-Catedral. Junto a este sector, tenemos además una naturaleza que debemos conservar y que permite un pujante sector agroalimentario que ha demostrado su importancia y su necesidad durante la actual pandemia. Parece que nuestras fuerzas vivas no ven ninguna contradicción entre nuestra realidad y la apuesta por un nuevo desarrollo de la tecnología militar, no entiendo por qué, ya que veo contradicciones que me llevan a pensar que se equivocan.

Se ha pedido, desde la prensa, analizar las consecuencias que esta base logística tendrá sobre la geopolítica, geoeconomía y cultura de nuestra ciudad y apoyo esta petición. La posición unánime de nuestras fuerzas vivas indica que todas las consecuencias se ven como positivas, y por tanto sobraría cualquier análisis que pretendiera valorar otros aspectos. Sin embargo, en una sociedad plural como la cordobesa no han tardado en aparecer visiones diferentes como la expresada por la «Plataforma por la paz y contra el Centro logístico del Ejército de Tierra» formada por diversos colectivos de la ciudad.

Como profesor universitario que he sido, ahora jubilado, la posición de la Universidad todavía me sorprende más. Si tenemos en cuenta lo manifestado por las autoridades, llegaríamos a la conclusión de que la UCO lleva años dedicando tiempo y energía al I+D militar y que, por tanto, todo lo referente a la agroalimentación, a la sanidad humana y animal es algo que pasará a un segundo plano ya que ahora descubrimos que nuestro principal objetivo, es aportar nuevas ideas al desarrollo tecnológico y logístico de la defensa nacional. Desde mi perspectiva diría que alguien no se ha enterado todavía de cuáles son las fortalezas de nuestra universidad, es posible que sea yo el equivocado y la cosa no tendría más importancia, sin embargo, sería grave que fueran las autoridades académicas las que estén inventando una I+D inexistente.

Voy a mostrar algunas de las principales contradicciones que veo entre nuestra realidad y el proyecto. Nuestra sociedad está ahora dedicada a superar la pandemia, y si lo conseguimos deberemos reorganizar nuestra economía real ligada al turismo y al sector agroalimentario, y desarrollar herramientas para minimizar la principal amenaza que tenemos y que no es otra que el cambio climático. En la disposición adicional primera, de la nueva ley del Cambio climático y transición energética, se dice: Exclusión del ámbito de la ley de los equipos, sistemas de armas, instalaciones y actividades de las Fuerzas Armadas... Por tanto, ahí aparece la primera contradicción entre el modelo económico actual y el nuevo, ligado a la logística militar. ¿Es o no nuestro enemigo principal el cambio climático?

Todo lo que no sea un cambio radical en nuestra política de defensa, ligada a la OTAN, cosa que no se espera, pondrá a Córdoba y a su Centro logístico nacional como objetivo de conflictos armados, lo que es evidentemente contradictorio con nuestra economía real que es el sector turístico y la agroalimentación muy dependiente de un clima político de entendimiento. Esto sería una segunda e importante contradicción.

Se me ocurre que se podrían superar las contradicciones expuestas si este Centro recuperara el proyecto del Parque Logístico del 2010 incluyendo de forma preeminente a la Unidad Militar de Emergencia (UME), que son los militares que todos los españoles reconocemos en la lucha contra los efectos del cambio climático y las pandemias. El campo de tiro subterráneo, los carros de combate, los cohetes y otro armamento cuya logística es la misión del Centro apoyado por nuestras fuerzas vivas de nada sirven para luchar contra unos enemigos; el cambio climático y las pandemias, que carecen de fuerzas armadas.