Si la pandemia no lo impide, como ya ocurrió el pasado año, en mayo los patios cordobeses volverán a someterse a la mirada pública en la fecha que toca y no a destiempo, con las flores deshojadas y el clima otoñal. Pero mientras eso llega, o no -con el coronavirus nunca se sabe-, el Palacio de Viana ha querido ofrecer un aperitivo y, coincidiendo con la venida de la primavera, desde el pasado martes y hasta el 28 de marzo tendrá abiertas las puertas a todo el que desee visitar (gratis) sus trece patios -en realidad doce más el jardín histórico-, la zona institucional y las caballerizas. No es la primera vez que los responsables de este espacio aristocrático situado desde hace cinco siglos en el corazón de la Córdoba profunda, entre Santa Marina y San Agustín, tienen estos gestos de acercamiento al público, que ahora, por culpa de los cierres perimetrales, habrá de ser exclusivamente local. La Fundación Cajasur, propietaria del edificio señorial y sus colecciones artísticas, lo abrió también de modo gratuito en junio, tras dos meses en dique seco debido al confinamiento -qué desolación para tan nobles muros, que en 2019 acogieron a 193.000 visitantes-; y la oferta volvió a repetirse en octubre con ocasión del retrasado Festival de los Patios.
Pero no era la excepción, aunque excepcionales fueran y sigan siendo las circunstancias, pues el palacio considerado por el poeta Ricardo Molina «prototipo de gran mansión cordobesa», que el 27 de marzo conmemora el 40 aniversario de su declaración como Bien de Interés Cultural, hace tiempo que se suma a la fiesta que consagra cada primavera cordobesa. Con la idea de insertarse en su entorno como centro cultural vinculado a la Axerquía Norte, reforzando de paso ese Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que son los patios, hace una década que Viana se propuso convertirse en puerta y museo de estos recintos. Lo hizo -mucho antes de que el Ayuntamiento abriera el de la calle Trueque, de efímera existencia y hoy completamente olvidado- ofreciendo recursos de alta tecnología con los que recrea en su Sala de Interpretación el mensaje de que el patio, heredero de la tradición romana y árabe, tiene en Viana una amplia representación. Traspasar su hermosa fachada renacentista, que es como adentrarse en la historia a lo largo de la Edad Moderna y Contemporánea, propicia un paseo sosegado que incluye desde rincones patricios, los más, a otros con aroma a patio de vecindad; como el denominado de Los Gatos, al parecer el primero de arquitectura popular documentado en Córdoba, que fue zona de servicio y hoy se visita con la curiosidad de conocer la trastienda de una casa de ricos. Y todos ellos, exponentes de una enorme variedad y abundancia de flora -que está estudiada y catalogada-, combinan un cóctel de olores y colores que es puro disfrute para los sentidos. H