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Desnudos

La pandemia ha dejado al descubierto las debilidades de un sistema de bienestar parcheado. La demanda en los bancos de alimentos se ha incrementado más de un 30%, aumentan los morosos, las entidades sociales agonizan, ¿hablamos de las residencias de mayores? La Gran Recesión quebró el ajuste entre economía y progreso social. La austeridad ahondó la desigualdad y dejó un escenario asolado por la precariedad. Algunos se hundieron definitivamente. Muchos lograron mantenerse a flote en la economía informal. Falsos autónomos, falsos becarios, jornadas completas maquilladas de parciales... Miles de hogares condicionados por la inestabilidad laboral. Llegó el virus y el frágil equilibrio naufragó.

Saldremos de esta. Pero ¿cuántas prendas habremos perdido? Vendrán más pruebas. En buena parte causadas por el cambio climático y una sobreexplotación del planeta que supera su capacidad de regeneración. ¿Podremos seguir desnudándonos sin que los populismos arrecien, la democracia se lamine aún más y la paz social estalle? La recuperación determina cómo afrontaremos la próxima crisis. De la última no salimos bien.

* Escritora

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