Sobre el fallecimiento de Julio Anguita, lo que me «sale» es darle el adiós con el respeto debido. Julio nos ha dejado sin aspavientos, sin alharacas, con el silencio y el paso firme a sus ideas, su filosofía y su trabajo diario para fortalecer a la izquierda española. Fue el protagonista de la izquierda democrática y el gran «profesor» de la coherencia y honestidad.

Lo conocí personalmente en la campaña a las municipales de 1983, siendo él alcalde y yo formando parte de la candidatura de AP. Desde ese momento, siempre hemos tenido un acercamiento humano, por encima de ideologías. Soy demócrata y lo he demostrado.

Anguita fue un gobernante municipal en la etapa 1979-1987. Hizo lo que tenía que hacer cuando Córdoba le dio 17 concejales de 27 que tenía la Corporación. Julio Anguita, «el Califa Rojo», fue el hombre que modernizó la ciudad, que contó con todos y el que a todos escuchaba.

Querido Julio: te has ido porque ahora te toca jugar al dominó en otro sitio y, allí donde estés, pon todos los «mandiles» que puedas. Córdoba te quiere y a pesar de las restricciones del confinamiento te lo ha demostrado, sin mirar ideologías y mirando al hombre, al que gobernó la ciudad.

Descansa en Paz, «maestro» en los Colegios, «catedrático» en la Política.

* Exconcejal del Ayuntamiento de Córdoba