Toda acción tiene una reacción de igual magnitud pero de sentido opuesto, dice la tercera Ley de Newton. Quizá por eso cuando PP y Ciudadanos, apoyados por Vox, entraron en la Junta de Andalucía sabían a lo que venían: a barrer todo atisbo de mejora social conseguida a través de la lucha en las calles andaluzas (victorias conseguidas, todo sea dicho también, a pesar de los 37 años de escabechinas de anteriores gobiernos del PSOE en asuntos sociales).

Si algo caracteriza al trifachito es su misoginia y machismo en grado sumo ya sea desde la acción directa o desde el silencio cómplice. En 2019, año especialmente doloroso por el repunte de asesinatos machistas, al Gobierno andaluz no le ha temblado el pulso a la hora de recortar precisamente en partidas que previenen o atenúan las consecuencias de la violencia machista tanto en los presupuestos de 2019 como en los de 2020. Esos recortes afectan, entre otras, a las ayudas para el alquiler de viviendas, a la inserción laboral de mujeres que han sufrido violencia machista o a la Atención especializada a menores víctimas de violencia.

La semana pasada conocíamos que muchas asociaciones que trabajan con mujeres van a quedarse sin subvenciones en Andalucía. El gobierno de derechas manifestaba las irregularidades heredadas del gobierno anterior, excusa para aplicar recortes ideológicos. Simplemente esta vez ha sido el antiguo gobierno pseudosocialista quien les ha facilitado el argumentario. Dice el gobierno de PP y Cs que ahora cambiará las bases a marchas forzadas y que no invoquemos a VoX como responsable de esta situación. ¿Podríamos seguir siendo suspicaces? Y es que, a la postre, la Junta no ha dudado a la hora de nombrar a la exdirectora del Secretariado para los Cristianos Perseguidos de la Diócesis de Córdoba, abiertamente antiabortista, como cargo principal de Salud Sexual y Reproductiva en Andalucía, ¿a qué juegan?

Se les olvida, además, el millón de euros con el que el actual gobierno ha financiado asociaciones antiabortistas hace apenas tres meses, en noviembre del pasado año.

Tienen razón en una cosa: Vox no tiene toda la responsabilidad de las acciones antifeministas del Gobierno andaluz. Vox es la excusa perfecta para que el Gobierno formado por PP y Cs tenga un chivo expiatorio. Así mientras aplican medidas propias del siglo XV señalan al último mono del Parlamento ¿no es genial?

¿Quién paga la ineptitud de anteriores gobiernos o la guerra antifeminista abierta por el gobierno actual? Las mujeres andaluzas.

Y es que en Andalucía existía una contraposición de fuerzas antes de que se conformara la actual legislatura: mientras las feministas inundábamos las calles para pedir que los agresores machistas no queden impunes, que por fin la precariedad femenina sea un recuerdo del pasado o que se reconozcan derechos para las prostitutas, una turba de hombres de mediana edad y buena posición social nos señalaba con el poder que sólo te puede dar el pertenecer a la élite económica. Y contaminaron oídos ajenos, como llevan doscientos años haciendo, con que las mujeres somos peligrosas cuando señalamos los privilegios de los hombres. A la corrupción del PSOE y sus políticas neoliberales mal maquilladas de socialdemocracia, le han sucedido en el Gobierno andaluz una horda propia del ejército de las tinieblas.

Sin embargo no cuentan con un factor determinante en esta guerra que nos han declarado: nosotras somos más. La tercera ley de Newton se pondrá a nuestro favor porque en el otro lado no existe una fuerza igual que se oponga a nuestras ganas de conseguir una sociedad libre de machismo. Y nos levantaremos, como llevamos doscientos años haciendo. La Fuerza está en nosotras. Y con nosotras, como diría la también feminista Carrie Fisher.

* Diputada de Adelante Andalucía por Córdoba en el Parlamento de Andalucía