Síguenos en redes sociales:

Todas direcciones

Raúl Ávila

El libro de la abuela

Del famoso manual de la Sección Femenina a la vida del momento

La abuela de Sandra ha encontrado en una caja del trastero un libro polvoriento que no sabía que conservaba, un recuerdo de otra época que le genera una mezcla de ternura y de fatiga. Es una publicación de la Sección Femenina que ofrece a las amantísimas esposas de España los mejores consejos pasa satisfacer sumisa y eficazmente a sus esforzados cónyuges. En el libro hay cosas que a Sandra le hacen mucha gracia: «Ten preparada una comida deliciosa para cuando tu marido regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado, placentero». La abuela le explica a su nieta que el libro probablemente se lo dieron en una especie de trabajos comunitarios que hacían las mujeres en aquel tiempo. En realidad ella siempre fue a su aire, además el abuelo Manolo era un pedazo de pan y me trataba muy bien, incluso me ayudaba en casa... por la cuenta que le traía.

El libro es un filón. Sandra se pasa un rato haciendo fotos de los fragmentos más jugosos y compartiendo las imágenes con varias amigas: «Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello, hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo y uno de tus deberes es proporcionárselo». El descojone queda ilustrado en la conversación de las muchachas con emoticonos varios y con una retahíla de mensajes irónicos que parecen no tener fin.

«Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo de complacerle. Escúchale, déjale hablar primero. Recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estrés, sus necesidades reales». Sandra le pregunta a su abuela que si había mujeres tan tontas como para entrar por ese aro. La abuela le responde que eran otros tiempos, que lo que hoy parece muy claro no ha estado siempre tan claro, hasta para ir al banco tenías que llevar la firma de tu marido... y calladita y tragando con todo estabas más guapa, pero el abuelo Manolo era distinto, eso te lo puedo asegurar.

Por la noche Sandra ha quedado con sus amigas. Es el cumpleaños de Laura. 18 añazos. Pizzería. Sangría. Risas flojas. Un camarero que les sigue el juego. Cuando terminan van a ir a dar una vuelta, pero Sandra recibe otro audio de Diego: que claro que quiere verla ahora, que para un día que termina antes de currar, ya te vale, todo el día pensando en verte y me dejas tirado, ya te vale... Sandra les dice a sus amigas que está cansada y que se va para casa porque mañana quiere estudiar. De camino se retoca el pelo usando la cámara del móvil. Diego la espera en los bancos del parque, ¿te has acordado del kebab? Y ella le da una bolsa. Eres la mejor.

* Profesor

Pulsa para ver más contenido para ti