Allá que iban los chiquillos de casa en casa, alegremente disfrazados, pidiendo caramelos y diciendo lo de «truco o trato», como en las películas americanas. Lo que pasa que era en un barrio tranquilo de Córdoba. Pero niños, les dije, ¿eso no es el viernes? «Es que lo hemos adelantado». Resultó que los padres se los llevan de puente. Bueno, como es una fiesta importada y novelera, da igual cuándo se celebre.