Impactante la visita del cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, a Montilla, acompañado por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, para celebrar la fiesta de san Juan de Ávila. A primera hora, encuentro con el alcalde, Rafael LLamas, quien comunicó que está en marcha el expediente para declarar al «apóstol de Andalucía», Hijo Adoptivo de la ciudad en el 2019. Posteriormente, el cardenal presidió la solemne eucaristía, concelebrada con el clero cordobés, al que dedicó su homilía con palabras cercanas y entrañables, pidiendo a los sacerdotes que «se dejen interpelar por Dios, ya que no existe mejor plan pastoral que el amor, y el amor siempre produce los mejores frutos». Omella subrayó con fuerza que «los sacerdotes estamos llamados a llevar a Dios en el corazón, con una entrega valiente y generosa». Por su parte, el obispo de la diócesis ha comunicado la solicitud al Papa Francisco, de un Año jubilar en 2019 para este Doctor de la Iglesia. Tras la eucaristía, el cardenal pronunció una conferencia en el teatro Garnelo, en la que sus palabras derramaron a manos llenas la «nueva brisa pastoral en la Iglesia», que no consiste en un nuevo programa cerrado y completo, con unos objetivos estratégicos, sino en «una invitación a la creatividad». Omella fue sembrando su conferencia con alusiones a su larga vida pastoral, a la par que acentuaba las principales líneas de acción a la hora de evangelizar. Primero, el encuentro y el anuncio de Jesucristo, recuperando el ardor y el entusiasmo. Segundo, hacer de nuestras parroquias verdaderas comunidades, lugares de esperanza, que saben acoger: «Un cristiano es un pobre que acompaña a otro pobre, y juntos buscan la luz y la verdad». Tercero, concretar la vivencia del evangelio en la catequesis, en las familias, en Cáritas. Cuarto, seguir dando respuesta a las necesidades sociales, especialmente a los más pobres. Quinto, alentar la fraternidad que pasa por «crecer en el respeto, la comunión, la no confrontación, el entendimiento, caminando juntos en la diversidad». El cardenal Omella dejó, en su visita, una brisa nueva, acogedora, sonriente, fraternal.

* Sacerdote y periodista