El futuro del vino de Montilla--Moriles radica en su calidad extrema. Hoy nadie discute este argumento, sobre todo los que han tenido la fortuna de catar estos vinos ensolerados en las viejas botas de roble americano donde envejecen por el sistema de criaderas y soleras. Creo, sin embargo, que las tendencias del vino, fuera de nuestro ámbito, son notoriamente diferentes en función a diversos criterios.

Hoy se valoran los vinos con baja graduación, aromáticos y vinculados a un espacio concreto. Participar abiertamente en la actualización de los vinos supone la transformación de viñas e instalaciones vinícolas para su adaptación a la tendencia del consumo. Algunas empresas han iniciado la comercialización de nuevos vinos obtenidos con mostos de variedades foráneas, sobre todo, tintos y blancos de calidad. El sector cuenta ya con 2.000 hectáreas de viñedo de este tipo y los bodegueros por su parte cuentan ya con unas instalaciones que permiten la separación de los mostos en función de sus peculiaridades; datos que serán impresos en la misma etiqueta para mayor información de los usuarios.

Una de las primeras tareas que se precisan debería ser la recuperación de los pagos. Los "pagos", una denominación territorial muy frecuente en la Campiña Sur cordobesa, y, sobre todo, en la zona de la Denominación de origen Montilla--Moriles y pueden ser muy útiles para derterminar tipos de vino concretos advirtiendo y garantizando su valor como "vinos de autor".

Existen propuestas para la localización de los nombres más antiguos y delimitar su espacio.

Ello revitalizará la zona y evitará el que vinos muy diferentes en cuanto a su calidad, militen en las mismas condiciones, el de la existencia en la zona, de distintos microclimas y variadas características edafológicas. Es posible obtener vinos de altísima calidad y peculiaridad con etiquetas informativas en las que expresen las características y los datos precisos para su valoración.

* Maestro