Ayer se celebró el día europeo de la mediación, coincidiendo con el primer texto legislativo sobre mediación familiar en Europa, aprobado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 21 de Enero de 1998 que dio lugar a la Recomendación nº 98. Desde entonces se han aprobado leyes y normativas estatales y autonómicas, creado registros públicos, servicios municipales, organizado colectivos profesionales y cursos de especialización universitarios. Sin duda la mediación además de ser una profesión en auge porque evita la necesidad de acudir a juicio para resolver un conflicto, lo que no es poco en un ambiente tan hostil y judicializado, es una herramienta útil y adecuada para la convivencia. Pasar de la cultura de la confrontación en la que estamos instalados, de ganadores y perdedores, de la imposición de las mayorías y el desdén a las minorías, a la cultura de la mediación y del acuerdo, del yo--tú ganas, donde todos tienen su lugar propio, no es fácil, pero totalmente imprescindible, sobre todo en sociedades tan individualizadas y competitivas como la nuestra. El conflicto es parte de la vida, pero la convivencia no se alcanza ninguneando al adversario, cortando cabezas ni con la victoria del más fuerte, sino aceptando las legítimas diferencias y construyendo un espacio común de entendimiento.

No solamente en el área de lo político hoy más que nunca hace falta escuchar, mediar y gestionar el conflicto, la transición democrática fue un paradigmático modelo para ello. También en el plano comunitario, laboral, mercantil o familiar la mediación resulta clave para la convivencia. Responde realmente a una filosofía de vida, a una forma de entender el mundo totalmente contraria a los sectarismos y cainismos de cada día, que se cultiva en primera persona y al alcance de todos.

La mediación no es una moda pasajera, ni una mera técnica de gestión del conflicto, sino una profesión prosocial que sirve a la sociedad, pero no ayudando y "reparando" a las personas sino rescatándolas individualmente en su conflicto. El mediador profesional es el responsable de dirigir a las partes que se encuentran en conflicto, por un camino que les lleve a buscar por sí mismos una solución, siendo ellas las que se atribuyan el éxito del acuerdo que alcancen, desde lo principios de voluntariedad, equidad, imparcialidad, confidencialidad, flexibilidad y profesionalidad. Espero que hayamos aprovechado este día para poner de relieve la necesidad que nuestra sociedad tiene de hacer un cambio sustancial en la manera de gestionar y resolver sus conflictos. Apostemos por la mediación como la herramienta adecuada que nos saque de tantos problemas a los que erróneamente no encontramos por nuestros medios solución posible.

* Abogado