Vamos a ver Juan, que sabes torear como nadie eso ya es reconocido por todos los que entienden del arte del toreo. Aquello que decía el Guerra de "Después de mi, naide y después de naide , Fuentes" se quedó anticuado, y es que el II Califa no ha tenido la dicha de verte torear, porque si no hubiera cambiado la frase, por esta otra "Después de Finito naide y después de naide , los demás"

Después de que muchos te hemos seguido, allá adonde toreabas, cuando nos enteramos que esta vez te ibas a encerrar en el redondel, no de arena, sino entablado de nuestro Gran Teatro, no dudamos en sacar rápidamente las entradas, e hicimos bien porque si no se puso el cartel de "No hay billetes", faltó poco. Ya sabíamos lo del toreo, pero lo de hablar en público y de Semana Santa nos traía intrigados, y allí fuimos a verte y escucharte.

Hubo hasta paseíllo, como tú dijiste, desde entre bastidores hasta el atril colocado en el escenario, ante la presidencia, constituida por las máximas autoridades, don Demetrio, obispo, y don José Antonio, alcalde, y ante el respetable público que te acogió con un fuerte aplauso.

De forma tranquila diste comienzo a tu disertación, a modo de lances hablando de ti, de tu vida y de la de tu familia, para entrar después en la faena con el amplio recorrido de nuestra Semana Santa, comenzando en San Lorenzo y terminando en Santa Marina. Nombraste a todas las Cofradías y paso por paso de las mismas, Cristo y su Divina Madre en todas las advocaciones engrandeciendo en su recorrido los maravillosos rincones de Córdoba. Para rematar el pregón, y haciendo alusión a tu capillita, tus cofradías, El Caído y Los Dolores sin olvidar a nuestro Custodio San Rafael.

Juan, a pesar de haberte visto muchísimas veces, personalmente no te conocemos, pero queremos decirte que hemos apreciado que lo que llevas dentro sabes expresarlo con una sencillez y naturalidad, que emocionas igual que en el ruedo.

Terminamos como empezamos: Vamos a ver Juan, suponemos que alguien entendido algo te habrá indicado, pero la forma entusiasmada y convencida de lo que dijiste, no cabe duda que vino de arriba. Cristo Orando, Sentenciado, Azotado, Coronado de Espinas, Mancillado y cargado con la Cruz donde fue Clavado, así como María Santísima al pie de esa cruz ignominiosa y convertida por El en Gloriosa, han estado a tu lado, y ellos han sublimado el Pregón, el de un torero, enamorado de su tierra y de su Semana Santa.

Enhorabuena, Finito de Córdoba.

Francisco Solano Pérez Pastor.

Por el Grupo de Opiniónde los Jardines de los Patos

Córdoba