La autonomía andaluza, de la que hoy se cumplen 35 años, no fue fruto de una improvisación, sino una aspiración largamente sentida por un pueblo seguro de que sabía y podía gobernarse a sí mismo, y de que le iría mejor siendo protagonista, y no espectador de su presente, y para ganarse su futuro.

Por eso, desde febrero de 1980 hasta ahora, los andaluces y las andaluzas nos hemos ganado el derecho a decidir, tanto sobre nuestro presente como sobre el futuro que paso a paso hemos ido diseñando para nuestra tierra.

Aquel 28 de febrero de 1980 había un gobierno en España que no entendió al pueblo andaluz, un gobierno y una derecha que no quiso ver lo que querían los andaluces, lo mismo que ocurre ahora. Y lo que querían los andaluces era muy sencillo: no ser menos que nadie, y tampoco que nadie fuese más que ellos, y por eso salimos a la calle, a pedir la igualdad y el bienestar social. Y Andalucía se ganó el inicio del cambio.

Esa transformación que hemos ido experimentando a lo largo de todo este tiempo es la que queremos que siga produciéndose en nuestra tierra en los próximos años de la mano de la Junta de Andalucía. Una Junta de Andalucía que trabaja por la igualdad y el bienestar de toda la ciudadanía sin excepción, por una sanidad universal y gratuita, por una educación pública de calidad y porque la educación no sea privilegio de unos cuantos.

Esas han sido las conquistas que hemos logrado en esos años y a las que no estamos dispuestos, desde Andalucía, a renunciar. No estamos dispuestos a dar ni un paso atrás. Han sido muchos los derechos que hemos ganado gracias a la autonomía y grandes, también, e importantes, las transformaciones que ha vivido Andalucía en todo este tiempo y cómo no, Córdoba.

Ahora, de cara al futuro, tenemos que dar un salto, un salto de calidad, porque Andalucía lo merece, porque tiene potencia, porque tiene fuerza, porque tenemos talento, porque tenemos buenos servicios públicos, y porque somos un pueblo solidario. Y vamos a demostrar, igual que demostramos el 28 de febrero de 1980, que queremos una España por igual, que no queremos una España de privilegios, ni que la crisis económica pueda ser la excusa para enterrar nuestras conquistas como pueblo.

Y para ello tenemos que seguir trabajando por recuperar la dignidad de la política y de la vida pública, porque la política es nuestro instrumento, es la fuerza que tenemos y no podemos permitir que nadie nos arranque eso, que nadie nos arranque la ilusión de cambiar y mejorar la vida de todos y cada uno de los andaluces y las andaluzas.

Tenemos que devolver la ilusión a la ciudadanía, con nuestro trabajo, con nuestra fuerza, con nuestro empeño, porque Andalucía sigue teniendo mucho que decir.

* Secretario general del PSOE en Córdoba y cabeza de lista al Parlamento de Andalucía