A principios del año 2012, algunos profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba se propusieron convertir su lugar de trabajo, el antiguo hospital del Cardenal Salazar, en un lugar de creación y difusión artística que, por un lado, contribuyera a la vida cultural cordobesa y a su mermado panorama de arte contemporáneo con una nueva sede expositiva y, por otro, incidiera de forma transversal en la formación de los alumnos que allí estudiamos mediante un continuo y variado programa de exposiciones. Desde entonces, las Galerías Cardenal Salazar han cumplido sus objetivos en ambos aspectos, presentando tanto artistas emergentes, entre ellos Lorena Pérez (Electra ), Pepito Morán (Vuela, Icaro! ) o Miguel Hernández Camacho (Fábula ), como otros ya consolidados de la talla de Juan Serrano y Miguel Gómez Losada (Ensemble ), Marisa Vadillo (Home, bumpy home ) o Aurelio Teno (Teno. Pintura, 1994-2013 ); ofreciendo, además, un buen recurso docente para que los profesores expliquen sus contenidos y para que los alumnos los aprendan de forma directa, redacten textos críticos al respecto e incluso participen como voluntarios en el montaje y coordinación de las exposiciones.

La presente muestra, Memorias particulares , supone un paso más allá en la voluntad didáctica de las Galerías Cardenal Salazar, pues por primera vez se permite a un alumno proponer un proyecto expositivo propio, desarrollar el entramado conceptual y museográfico y llevarlo a cabo hasta sus últimas conclusiones; la compleja tarea del comisario, en suma, bajo la supervisión de quien ya cuenta con una buena experiencia en tales lides. Aprovecho esta ocasión, por tanto, para felicitar a quienes hicieron y siguen haciendo posible la iniciativa de las Galerías Cardenal Salazar, así como para agradecer al Consejo Asesor, y especialmente a la persona de D. José Alvarez, director de las GCS, toda la confianza que han depositado en esta arriesgada propuesta.

Gil Gijón Bastante (Madrid, 1989) se ha formado principalmente en las Universidades de Sevilla (Licenciatura de Bellas Artes, especialidad de Escultura) y Valencia (Máster de Producción Artística), aunque también lo ha hecho bajo la dirección de maestros como Venancio Blanco, Golucho o Antonio López; cuestiones, ambas, que ilustran por sí mismas su inquietud intelectual, y que pueden llegar a sugerir una especial percepción del significado de lo familiar. No obstante su juventud, ha presentado sus esculturas y relieves en varias exposiciones de Sevilla y Valencia, pero también en Puertollano, Priego de Córdoba e incluso San Francisco (California). Con Memorias particulares , su primera aparición en la capital cordobesa, Gil ofrece un repertorio distinto, situado en un punto indeterminado entre la segunda y la tercera dimensión, cuya principal particularidad viene dada por dos motivos: el autor hace un recorrido por la memoria de su familia, cotejando fotografías y recuerdos en búsqueda de su esencia particular, y plasma esas reflexiones en forma de retrato; pero no lo hace de cualquier manera, y ahí reside lo extraordinario, pues los retratos están compuestos de partículas de polvo y pelusa que el artista recoge en la casa del retratado. La idea que hay detrás de cada composición, el proceso casi ritual que sigue para modelar las figuras y la experimentación técnica a lo largo de varios años de trabajo desembocan en unos resultados de lo más sorprendente. Les animo a visitar la exposición, que se inauguró el pasado martes 25 de noviembre y se mantendrá hasta el 16 de enero de 2015, para conocer un poco mejor a Gil Gijón y, sobre todo, para disfrutar las interesantísimas características de su obra.

* Comisario de la exposición