pTOROS

nSobre el Club Taurinode Alcolea N

***Emeterio Díaz Salguero

***Córdoba

c

Quisiera hacer una rectificación al reportaje publicado en el Diario CORDOBA, de su digna dirección, de fecha 24 de febrero pasado (suplemento Zoco, página 13), firmado por don Ladislao Rodríguez Galán sobre el Club Taurino de Alcolea.

Donde dice "... que tiene una solera y una actividad incesante, ya que colaboran activamente en todos y cuantos eventos se celebran en la barriada, destacando el montaje de varios festejos taurinos para ayudar al joven novillero local Andrés Cortés en sus principios".

El novillero Andrés Cortés es mi hijo y por eso deseo que rectifiquen en su Diario CORDOBA, que solamente su padre (yo) ha corrido con todos los montajes y gastos de los mismos para promocionarle y que el Club Taurino de Alcolea no ha realizado ningún festejo con ese fin.

Le ruego rectifique como anteriormente le detallo, como es de derecho, para dejar bien sentado de quién se reciben las ayudas y no quererse colgar medallas, ante el público, quien no las merece.

pSOCIEDAD

nSobre el artículo

"Extra omnes" N

***Ramón Toledano Díaz

***Córdoba

f

No estoy de acuerdo con gran parte del contenido del artículo "Extra omnes" del amigo Juan M. Niza del que me reconozco asiduo lector porque pienso que no ha estado especialmente acertado en esta ocasión.

Evidentemente, que haya en el mundo ochocientos millones de musulmanes no equivale (afortunadamente para el género humano) a que existan ochocientos millones de potenciales fanáticos religiosos que pretendan atentar contra la humanidad, que no contra la "cristiandad" como él afirma en su artículo, ya que hay que recordar que en las Torres Gemelas de Nueva York, en el metro de Londres y en los trenes de Madrid murieron o sufrieron daños personas, cristianas, musulmanas, judías, ateas así como cualesquiera de ellas que independientemente de sus creencias o falta de las mismas se encontraran en el lugar y tiempo en que perpetraron estos execrables crímenes.

Aún estando de acuerdo con los defectos de los modernos medios de expresión, que cita en su artículo, no puedo compartir su preferencia por los "medios de expresión del neolítico", ya que los primeros, por inadecuado que sea el uso que en ocasiones pueda hacerse de ellos, permiten por primera vez en la historia que cualquiera pueda hacer llegar su voz "al mundo" sin depender de líderes religiosos, políticos, poderes fácticos o de las empresas propietarias de los medios de comunicación.

Comparto con él la necesidad, en estos momentos más que nunca, de diálogo pero me parece evidente que éste se hace difícil, si no imposible, cuando alguien se arroga la exclusiva de decidir sobre la validez de pensamientos, leyes o conductas basándose en las creencias sustentadas en su propia ideología; por el contrario, el diálogo sólo puede ser posible haciendo el "extra omnes" de las diversas creencias o la falta de ellas, permitiendo el libre contraste de los diversos razonamientos sin más árbitro que la fundamentación de los mismos en la realidad objetiva, máxime cuando hay quien será fraile, quien Papa, quien esté en un punto intermedio y quienes estamos fuera de dicho ámbito.