Como se sabe Cataluña abolió en su día las corridas de toros. Ahora, por ejemplo, uno de sus cosos taurinos, Las Arenas, se ha convertido en Barcelona en un centro comercial. Pero resulta que el gobierno de Cataluña respalda las corridas de toros incruentas del Bajo Llobregat. Por lo pronto, el sector turístico de la zona juzga beneficiosa esta oferta que al tiempo que atrae a turistas ávidos del tipismo taurino descubren los encantos de la zona. Todo tiene sus pros y sus contras.