Habría que empezar destacando que el término corralito proviene de unos comentarios de un conocido presentador de las noticias en Argentina que no se le ocurrió otra cosa que en horario de máxima audiencia en una época clave de ese país afirmar: el gobierno pone un corralito (como se llama donde se guardan los bebés para protegerlos y que no se golpeen a sí mismos) para protegernos de nosotros mismos, que queríamos retirar nuestros ahorros todos juntos. Como era algo sin nombre, como en Macondo, la gente no sabía cómo llamarlo, el gobierno le aplicaba expresiones como "suspensión temporal de disponibilidad" y el término corralito caló más y no sabe este hombre hasta dónde se está empezando a hablar que ha cruzado el charco.

Vayamos por partes: una de las cuestiones más temidas por las entidades financieras es que sus clientes empiecen a dudar del nivel de solvencia de su banco, acción-reacción: la temida retirada de fondos. Si además cunde la generalización, el riesgo de que se produzca un pánico bancario se dispara.

Lo cierto es que según los datos oficiales disponibles desde el pasado viernes del Banco de España, acreditan que los depósitos tuvieron un comportamiento habitual en el acumulado hasta marzo: subieron ese mes un 0,8 por ciento.

Pero no todo el monte es orégano: comparando el dato de marzo con el del mismo mes de 2011: caen, hasta 1,157 billones de euros. Hay algunas entidades que lo están pasando realmente mal, una en particular que en los últimos meses del año pasado y los primeros de este año ha estado en boca de todos: ha perdido en un año 7.800 millones en depósitos, el 17 por ciento.

Hay que esperar algo más para ver los datos que nos vamos a encontrar en el acumulado hasta abril y un mes después hasta mayo para ver si en España, al final hay corralito, corral de la Pacheca o lo que sea.

De momento, el gallo de Morón ya está empezando a quedarse sin espolón y corre cierto riesgo de quedarse desplumado. Algunos decidieron poner los huevos en otro corral y la zorra está merodeando en algún corral que otro esperando acontecimientos.

Con todo lo que está pasando ni corralito ni lo contrario, eso sólo se puede atisbar si se tiene un poco de paciencia y se comparan los apalancamientos, las solvencias y las carteras crediticias de algunas entidades financieras, poniéndolos en valor con el sistema crediticio de nuestro entorno, no hay otra, santiguarse y aguantar la respiración.

Siempre quedarán las Normas Internacionales de Contabilidad para desvirtuar la realidad: véase el banco Dexia, según el galliforme del corral de todos los corrales europeos, en julio del año pasado, de ser uno de los bancos más solventes de Europa a presentar mes y medio después pérdidas astronómicas y tener que ser rescatado por Francia y Bélgica.

Y mientras tanto, nosotros, los españolitos de a pie, inquietos y zozobrados cual pollitos detrás de las pitas que huyen despavoridas "como pollo sin cabeza".

Estos días más de uno está empezando a desempolvar ciertas reflexiones que otros olvidaron de Voltaire: "El arte de gobernar generalmente consiste en despojar de la mayor cantidad posible de dinero a una clase de ciudadanos para transferirla a otra".

* Profesor de Economía Financiera y Contabilidad, Universidad de Córdoba