Han pasado muchos años desde aquellas primeras elecciones democráticas en las Generales de 1977, donde muchísimos militantes de AP, CD, AP-PDP, CP, AP y PP desde 1989 han estado luchando en el día a día, aportando su granito de arena, para conseguir votos sin pedir nada a cambio. Militantes que, en aquellos primeros tiempos, lo pasaron muy mal teniendo que soportar la ingratitud de unas izquierdas que se creían dueñas absolutas del triunfo de la democracia en España. Militantes aventureros que enarbolaron el sentimiento democrático desafiando dudas y recelos de la incipiente democracia, y algunos, incluso, superando viejos tabúes, miedos, rencillas e indiferencias. Así, poco a poco, se fue incrementando la militancia, y como no, los votantes y simpatizantes, que, una vez más, le han dado la mayoría absoluta al PP en las generales del 20 N del 2011. Desde la militancia de base es complicadísimo averiguar lo que pueda pasar en las entrañas de la cúpula del partido, pero, gracias a la existencia de los medios de comunicación audiovisual, el llamado cuarto poder, nos enteramos de muchas cosas, y más aún, si ese cuarto poder es independiente. Los militantes de base hemos comprobado, recientemente, gracias a la información periodística, bien en carácter informativo, o bien en carácter de opinión y critica, algunos de los nombramientos polémicos que Mariano Rajoy ha incorporado en su gobierno. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, indiscutiblemente que sí, pero, esa entrega, esa lucha, ese afán de ganar, esas penas tras el fracaso, o esas ilusiones cuando se triunfa, de la silenciosa y sufrida militancia, no pueden quedar en aguas de borrajas. La duplicidad de cargos, la poltronería, los trepas, los cuneros y los infiltrados, no están bien vistos por la militancia de base, donde hay, y los hay, magníficos profesionales dispuestos a trabajar, bien y con honradez.

Manuel León Vega

Espejo (Córdoba)