Síguenos en redes sociales:

Cartas al director

Este periódico publica opiniones de sus lectores, réplicas y sugerencias de interés general que sean respetuosas hacia las personas e instituciones. Las cartas NO DEBEN EXCEDER DE 15 LINEAS DE 60 CARACTERES. Sus autores se identificarán indicando su domicilio, carnet de identidad (fotocopia) y un teléfono de contacto. El Diario CORDOBA se reserva el derecho de extractarlas.

pCREENCIAS

nRespeto antetodo N

***Rafael Ayala Marín

***Córdoba

f

Ante las declaraciones efectuadas por el obispo de Córdoba acerca de las relaciones sexuales en la sociedad actual, deseo reservarme la opinión personal, ya que no es mi intención en ningún momento hablar mal ni ofender a nadie, y menos a ninguna institución pública.

En primer lugar, me parece algo impactante y sorpresivo que el señor Demetrio Fernández haya utilizado la palabra "fornicación", habiendo otros términos muchos más suaves.

Sin embargo, creo que como representante mayor de la Iglesia tiene pleno derecho a manifestar públicamente y aconsejarnos cómo hemos de vivir, siempre y todo ello, con total respeto y libertad (caminos esenciales en toda persona humana).

Nadie tiene que imponer sus ideas y menos, obligar a cumplirlas, sin dañar por supuesto a los demás.

Recordad lo dicho en el Evangelio: "Dios hizo al hombre libre, a su imagen y semejanza".

Resulta muy bonito e ideal lo manifestado por nuestra mayor autoridad eclesial.

Ojalá todo el mundo pudiera acceder al matrimonio de forma normal y sin ningún tipo de problemas. Dicha afirmación lo pensaba yo en mi adolescencia, pero el transcurrir de los años y la experiencia de la vida me han llevado a pensar diferente.

La realidad es bien distinta.

Porque lo cierto es que no todos somos iguales y el matrimonio se ha convertido es algo sectario (reservado para unos pocos. Ya lo dije en cierta ocasión).

Estoy totalmente de acuerdo con que la sexualidad hay que vivirla con amor, pero olvida Demetrio Fernández que hay personas a las que les es imposible acceder al matrimonio y, sin embargo, tienen derecho a vivir su vida sexual como vea conveniente, por supuesto, sin dañar a nadie.

Lo he consultado con varios curas amigos y me han dado la razón. Yo, como persona y más, como católico, soy incapaz de prohibir o imponer algo a alguien, sobre todo, si desconoce su vida íntima.

Si no he cumplido la norma, hablaré con Dios el día del juicio final y, si hace falta, vería justo que me castigara, pero mientras tanto...

Este mundo que nos ha tocado vivir es demasiado difícil y complicado. Ante todo, debe reinar el respeto, el amor y la tolerancia entre todos los seres humanos de la Tierra. Todo ello, sin perjudicar a nadie.

pPENSAMIENTO

nVoluntarismostodos... N

***Rufino Segura Arnandis

***Córdoba

c

No recuerdo quien, pero alguien dijo, con toda razón inteligente, que el materialismo todo, incluido el marxismo, no es más que la inversión dialéctica del idealismo hegeliano.

Como no me interesa o no comparto la tesis, me subscribo a la antítesis y, pragmático yo, me sintetizo...

Personalmente creo que tanto idealismo como materialismo no son más que voluntarismos dogmáticos y, por ello, irracionales...

El mundo no es ni teocéntrico ni antropocéntrico... Eso lo somos nosotros...

El mundo es mundo... y nadie puede, por lógicas razones intelectuales, comprenderlo ni, menos aún, explicarlo...

Como a Agustín de Hipona, a nadie nos cabe en la cabeza el absoluto de la Santísima Trinidad en la limitada inteligencia de la que nuestro cerebro está dotado...

Lógicamente solo podemos ser panteístas o agnósticos...

Ello no excluye, como bien demostró Teilhard de Chardin y acreditó Pablo de Tarso, que podamos vivir en y por la fe...

La fe en una gracia; lo que se nos da gratis... Como la esperanza y el amor...

Pero, en la realidad, la educación, la sanidad, la asistencia social... y aún más las estructuras materiales... ¡no son gratis! ¡no son graciosas!

No son fruto o producto de la voluntad... Ni de las virtudes teologales... Son, solo y nada más, que producto del trabajo ahorrado y no consumido... Lo que los clásicos de la economía llaman capital...

Pulsa para ver más contenido para ti