SECUESTRO DE BARCOS

La guerra no es la solución

Volker Deutsch

Córdoba

Me opongo tajantemente a que la guerra sea un método para solucionar difíciles problemas políticos, tal como insinúa en su carta titulada "¿Diplomacia o fuerza contra los piratas?" un lector de Tomares, Sevilla. En ella llama a la acción militar preocupado de que España seguiremos siendo el hazmerreír de Europa, y hasta de Africa (cita textual). No percibo que España sea el hazmerreír de Europa. En vez de calentar el ambiente y aportar tan viriles, miopes e irresponsables soluciones, convendría mencionar lo siguiente: Somalia es un país desestabilizado por los países desarrollados, con una esperanza de vida de 48 años, una de las más altas cuotas de mortalidad infantil, con unas condiciones sanitarias pésimas, una población empobrecida a un nivel comparable con Haití, y sin un gobierno que funcione. Tampoco tienen guardacostas. Por eso allí se descargan ilegal y hasta ahora impunemente de manera criminal en el mar barriles con residuos nucleares provenientes de Europa, provocando muerte y enfermedad en las costas, y barcos rastreadores europeos y estadounidenses explotan sus riquezas naturales, dejando la población local sin comida. Después de haber sobreexplotado las reservas propias, ahora vamos a quitárselo también a los somalíes. Algo totalmente inadmisible si el país supiera defenderse. Nadie de los que ahora alzan la voz para luchar contra los piratas se ha preocupado ni molestado. Si se quiere solucionar de verdad algo, hay que tratar llegar a las raíces. Antes de luchar contra los crímenes de otros, paremos los propios ¿Qué hacen estos barcos pescando en esas aguas?

pIN MEMORIAM

nA Asunción García

Jiménez N

***Manuel Espino Bermell

***Córdoba

f

En estos tiempos de prisas, es justo detenerse a hacer una semblanza de tu paso por este hermoso mundo. Viniste desde Aguilar allá por 1954, era septiembre, para dos meses te trajo mi padre, tenías 36 años, para ayudar a nuestra madre en la crianza, pues en tan solo cinco años ya éramos tres hermanos, y te quedaste a "servir" en nuestra casa. Todos te decían la tata; nos contabas de tu azarosa vida a tus dieciocho años cogiendo algodón, garbanzos, aceitunas... Duros tiempos aquellos. Nos hablabas del cortijo de la Velasquita tanto que alguien te tituló "la marquesa de la Velasquita". No había mucho más donde elegir, era una sociedad de base agraria. El destino ha querido que todos nos hayamos sentido muy felices por haberte cruzado en nuestro camino, ninguno de los nueve hemos concebido la vida sin ti, has sido una más, una segunda madre, pero como tenemos fecha de caducidad, tu hora ha llegado. Te has marchado con 91 años. Seguiremos adelante, pero tu ausencia no será tal porque siempre vivirás en nuestro recuerdo, pues es en la memoria una hermosa manera de prolongar la vida.

Tu sentido del humor, tu alegría por las cosas sencillas, tu bondad, tu buen corazón, eras rica en dones concedidos, difícilmente te olvidaremos. Teresa, Juanín, os felicito y os doy las gracias por vuestras emocionantes lecturas tanto en la iglesia como en el cementerio.

Gracias, Asunción, por habernos regalado tu presencia durante tanto tiempo.