La primera petición de dimisión en el Ayuntamiento de Córdoba surgido de las elecciones del pasado 25 de mayo ha tenido como destinataria a la concejala de Juventud, Ana María Morales Alcaide (Ibiza, 1975), que también es la edil más joven de la Corporación cordobesa. Esta concejala, miembro de los comités provincial y central del Partido Comunista de Andalucía (PCA), se ha despachado a gusto hablando del botellón , del que se declara seguidora (el portavoz del PP, Rafael Merino, la ha llamado "activista del botellón", términología que induce a pensar en una conducta ilegal) y también defensora, hasta el punto de exhortar a los vecinos de Ciudad Jardín a que cambien de residencia si no quieren aguantar las molestias de la movida juvenil. Este resbalón le ha costado, además de las peticiones de dimisión, una buena reprimenda de su jefa de filas, Rosa Aguilar. Según la biografía distribuida por IU, organización a la que se afilió en el 2001, la concejala de Juventud es estudiante de Historia del Arte y graduada en Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, además de miembro de la Asociación Cordobesa en Solidaridad con el Pueblo Arabe (Acospa) y de la asociación Surcultura. Además, se declara católica practicante y colabora desde 1993 con la asociación Córdoba Acoge para tratar con los inmigrantes y ayudarles a su inserción dentro de la sociedad cordobesa.