Lo primero que llama la atención en este título es la referencia al que Otto Preminger filmó en 1959: Anatomía de un asesinato. Ambos podrían considerarse pertenecientes al género conocido como drama judicial. Sin embargo, la ambigüedad con la que juega Justine Triet en esta especie de autopsia sobre un suceso y, a la vez, sobre un matrimonio, empuja al espectador a permanecer inmerso en la duda durante los 150 minutos de duración del relato. Estamos ante la cuarta película de esta interesante cineasta francesa (diplomada en Bellas Artes) con la que ha conseguido la Palma de Oro en Cannes, cinco de los premios más importantes del Cine Europeo y cuatro nominaciones a los Globos de Oro, entre otros muchos galardones. Aunque, paradójicamente, no va a representar a su país en la noche de los Oscar.
El filme arranca cuando la protagonista, una exitosa escritora de autoficción, es entrevistada mientras su marido -también escritor, pero en horas bajas- pone a tal volumen la música que hace imposible el trabajo de la periodista. Tienen un hijo con problemas de visión que ha salido a pasear por el campo acompañado de su perro y, a la vuelta, encuentra al padre sobre la nieve después de precipitarse desde la buhardilla. A partir de aquí, gracias al excelente trabajo interpretativo de Sandra Hüller y al impecable guion, escrito por la directora junto a Arthur Harari (pareja de Triet y habitual colaborador en sus producciones), con algún que otro giro narrativo, todo se articulará para que se bascule entre la acusación de asesinato del fiscal y la defensa que establece la posibilidad del suicidio.
Sin embargo, lo que realmente se nos va a descubrir es la crisis que vivía la pareja (celos profesionales y sentimentales, reproches, culpabilidad...), cosa que también irá conociendo el hijo invidente durante el proceso judicial, cuando deba testificar y ser elemento fundamental en la resolución del caso. Sin duda, nos encontramos ante una de las mejores películas de esta temporada. Sin embargo, habría merecido la pena el visionado en versión original, ya que los idiomas juegan un papel fundamental.
