'Anatomía de una caída' de Justine Triet: La verdad es un concepto relativo

Diseñada a partir de un portentoso trabajo interpretativo de Sandra Hüller –a quien pronto veremos en otra excelente composición en 'La zona de interés'– y el pequeño Milo Machado Graner, la película ganadora de la última Palma de Oro de Cannes es una sugerente exploración de la verdad como concepto relativo. Nada mejor que un teórico crimen y el correspondiente juicio, aunque este no sea un filme ortodoxo sobre tribunales, como tampoco lo es otra película reciente de directora francesa, 'Saint Omer', firmada por Alice Diop.

Por un lado tenemos una visión cortante de las relaciones y secretos de un matrimonio, una novelista de éxito y un marido en crisis creativa y vital. Por el otro como esa relación de pareja afecta al hijo de ambos, con el sentimiento de culpa del padre revoloteando por la historia. Todo empieza con una caída y una muerte. Pudo ser un accidente, quizás un suicidio, plausiblemente un asesinato. Pero la realizadora Justine Triet no se contenta con exponer la visión del fiscal y la del abogado, las certezas de ambos combinados con lo que podamos sospechar de la conducta de la esposa. Triet subvierte los códigos establecidos en este tipo de dramas y aunque al final hay una resolución legal, el filme carece de toda gratificación. El fuera de campo de la historia retumba dentro nuestro cuando el relato llega a su fin. La verdad es relativa, una auténtica abstracción.