La limpieza del hogar es uno de los aspectos fundamentales si queremos vivir en un entorno agradable. A pesar de que haya zonas en las que nos centremos más a la hora de limpiar como los baños o la cocina, también hay otras que resulta de lo más importante tenerlas cuidadas. Este es el caso del mobiliario, y en concreto, las puertas.

Parece que no, pero las puertas de casa son uno de los elementos del hogar que más se ensucian y de la manera más tonta. Por ello, es recomendable saber los remedios más eficaces para que estas superficies se mantengan limpias.

¿Cuál es el truco?

Antes de ponernos manos a la obra, hay que tener en cuenta si la puerta está barnizada o no. Si la puerta no lo está, primero se tiene que eliminar tanto el exceso de polvo como la suciedad, y esto se puede hacer con un paño seco o un plumero. Seguidamente, se limpian las marcas con un paño o esponja mojados con agua tibia y jabón que sea específico para maderas.

A esta mezcla también se le puede añadir amoníaco o aceite de oliva o vinagre blanco, ya que son de los productos más eficaces contra aquellas marcas más difíciles de quitar. Una vez tienes la puerta limpia puedes darle el toque final, utilizando un abrillantador aceite de almendra para conseguir un mayor brillo.

Por otro lado, si la madera de tus puertas está barnizada y no quieres dañarla durante el proceso de limpieza, hay que hacer una serie de cambios en los pasos que acabamos de mencionar. En cuanto a la retirada del polvo y la suciedad se tendrá que hacer con un paño húmedo, mientras que la puerta se desinfectará con jabón especial combinado con vinagre blanco. Los siguientes pasos mencionados antes, son los mismos que en el caso de las maderas sin barnizar.