El catedrático de Producción Vegetal de la UCO, Diego Barranco Navero, ha sido galardonado con el Premio Galileo 2020 en Ciencias de la Salud, Experimentales y ramas técnicas del saber que reconoce sus más de 40 años de trabajo en la caracterización y conservación de los recursos genéticos del olivo, así como en la mejora genética de esta especie.

¿Qué implica para usted tal premio?

Me siento muy orgulloso pues es un reconocimiento al trabajo de nuestro grupo (Ucolivo) durante más de 40 años en el ámbito de los recursos genéticos del olivo y en la mejora de esta especie. En todo este tiempo hemos recogido e identificado todas las variedades de olivo cultivadas en España y junto con las principales de otros países se conservan en el Banco de Germoplasma de Olivo ubicado en la finca de Rabanales donde están siendo caracterizadas y evaluadas por numerosos grupos de investigación. Dichas evaluaciones han permitido poner en marcha programas de obtención de nuevas variedades, con financiación privada, que pretenden resolver necesidades del sector.

Usted es uno de los mayores expertos en olivar del mundo. En su opinión, ¿llega suficientemente la investigación sobre este cultivo al agricultor?

Hoy día, hay numerosas empresas de servicios que están en contacto continuo con los centros de investigación e incluso implicadas en los propios proyectos de i+D que transfieren de inmediato esos avances a los agricultores.

A nadie le cabe duda ya de la importancia de la investigación y sin embargo, seguimos siendo uno de los países de nuestro entorno que menos invierte en ella. ¿A qué cree que se debe esta paradoja?

El dinero público escasea porque a los políticos les interesa más dedicar fondos a otros fines que a la investigación que suele dar resultados a más largo plazo. En nuestro caso, vimos necesario buscar financiación privada y ofertando investigaciones que fueran de interés al sector hemos podido captar recursos que nos han permitido poner en marcha proyectos de investigación aplicada. Nuevas variedades adaptadas al olivar en seto o variedades resistentes a enfermedades devastadoras como el verticilium van a estar disponibles en los próximos años fruto de esta colaboración público-privada.

Docentes, investigadores, promotores, negociadores, divulgadores… hay que saber de todo para sacar rédito a la investigación…

Efectivamente, hay que hacer de todo pues hay que convencer al sector para que invierta en los proyectos de investigación y una vez que tienes resultados (ejemplo: patentes) tienes que incluso implicarte en el desarrollo de estas creando spin-off que las comercialicen. En nuestro caso, creo que hemos sido capaces de desarrollar todas esas actividades de promoción, negociación, divulgación, etc. que ha reconocido el tribunal del premio Galileo.