Los tratamientos vigentes para la demencia tipo alzheimer llevan aplicándose unos 18 años, no habiendo aparecido nuevas terapias desde entonces. Técnicamente son conocidos como los inhibidores de la colinesterasa y la memantina. Sin embargo, la enfermedad sigue progresando a pesar del tratamiento, y la eficacia promedio es modesta, ya que solo parecen retrasar la evolución de la enfermedad.

Existen síntomas psicológicos y conductuales (ansiedad, depresión, agitación o trastornos del sueño) que pueden requerir otras medicaciones asociadas. Actualmentente hay multitud de fármacos en investigación que en próximos años pueden comercializarse.