La falta de agua ha afectado de manera importante al desarrollo de cultivos como los cereales de invierno y el girasol, que han visto mermada su capacidad productiva. La preocupación se ha extendido a los olivareros por el déficit de lluvias en la pasada primavera. Precisamente, Cooperativas Agroalimentarias prevé hacer en dos semanas su primera estimación de cosecha para la campaña 2019/2020. Las cooperativas esperan que exista una importante reducción debido a la vecería del olivo y a las condiciones meteorológicas que están caracterizando este ejercicio. «La falta de agua está provocando un importante descarte de frutos en la floración», señala Cristóbal Gallego, presidente del consejo sectorial de esta organización en Andalucía.