María Gómez, una de las portavoces de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia de Género, empieza la entrevista con una advertencia. «No vamos a mencionar a ese partido ni a hacerles propaganda».

-¿Cómo están viviendo las negociaciones políticas de la derecha para conformar gobierno en Andalucía?

-Con preocupación porque se quieren tirar por la borda años de lucha. La ultraderecha ha ido a cara descubierta, sabemos lo que buscan, pero PP y Cs se supone que son partidos demócratas y lo que está claro es que si aceptan sus condiciones para formar gobierno es porque son iguales. Nos sentimos vulneradas, mancilladas, humilladas y estamos dispuestas a seguir peleando por nuestros derechos y a defender una ley que nos proteja. La violencia de género existe y va contra las mujeres por el hecho de serlo y es muy distinta a cualquier otra forma de violencia.

-Una de las críticas que usa como bandera este partido es «la lluvia de subvenciones» que reciben las asociaciones feministas. ¿Existe tal lluvia o es ciencia ficción?

-En Andalucía hay más de 2.000 asociaciones de mujeres. ¿Alguien puede creerse que viven de las subvenciones? Sobrevivimos con las cuotas que pagamos y algunas, a veces, consiguen una ayuda o firman un convenio para realizar actividades del que, como es lógico, hay que justificar cada euro que se gasta. La mayoría de las que trabajamos haciendo pedagogía de concienciación contra el machismo somos voluntarias y vamos por los institutos, por los pueblos, a las universidades... haciendo lo que deberían hacer las administraciones. La ultraderecha no habla de las subvenciones que reciben cofradías ni peñas y quiere que se retiren a las ayudas a las asociaciones de mujeres para otros fines, para crear escuelas taurinas, colegios que segregan por sexos... Nosotras no tenemos chiringuitos, solo queremos defender nuestros derechos, ellos sí que los tienen.

-¿Hay miedo a que este tipo de políticas se lleven a cabo?

-No tenemos miedo ninguno, si acaso más convicción por lo que debemos defender. Hemos avanzado muy poquito, pero lo poco que hemos logrado no se nos puede quitar de un plumazo. Estamos más fuertes y más seguras, no vamos a dar ni un paso atrás. Y esperamos que la juventud sea rebelde y no asuma estos planteamientos. Si existe una ley de violencia de género y aún así estamos viendo mujeres asesinadas todos los días, violaciones, sentencias como las de La Manada, ¿qué pasará si esa ley se deroga? ¿Cuántas caerán entonces?

-¿A qué les suena lo de proteger a la familia?

-Lo que estos señores quieren es acabar con las listas del paro haciendo que las mujeres vuelvan a las casas. Cuando hablan de proteger la unidad familiar, lo que buscan es volver a la época de Franco, tú a tu casa, a ser el calor del hogar como dice el obispo, sin medios económicos para ser independiente. Pero no estamos dispuestas a eso y vamos a estar en la calle para pelear lo que haga falta. Y una cosa, a las mujeres que están en ese partido, que pertenecen a una élite, porque esta gente no lleva a mujeres de los barrios humildes, esas mujeres que quieren ser parlamentarias y concejalas con ellos, que piensen que están ahí gracias al feminismo, a la lucha de muchos años por los derechos de todas. Las que no son de esa élite y los hayan votado, ya se arrepentirán de haberlo hecho.

-El auge de esta corriente llega después de un 2017 de despertar de las mujeres a nivel internacional y de un 8-M en el que las mujeres dijeron de forma masiva basta ya. ¿El machismo se rebela ante el auge del feminismo?

-El lobo siempre ha estado ahí, disfrazado de cordero a veces, ahora simplemente se ha quitado la careta. Detrás de todo está el patriarcado y el capitalismo, que está en crisis y quiere que, una vez más, seamos las mujeres las que paguemos los platos rotos. Pero no estamos dispuestas, queremos los puestos que nos pertenecen, formamos parte de la sociedad, queremos ser mujeres, pero con los mismos derechos que los hombres.

-¿Qué esperan del 15-E?

-Que la ciudadanía salga masivamente a la calle. Nosotras iremos el martes a manifestarnos a Sevilla, hemos organizado autobuses para ir juntas y, por la tarde, estamos en Las Tendillas.