«Hay que empezar a hablar de la muerte, este tema tiene que dejar de ser tabú, nos hemos ocupado siempre de los nacimientos, pero sobre la muerte solo hay silencio porque está asociada al sufrimiento, al lamento y a la culpa», dijo ayer Jesús Maeztu, «hay que sanarse de la muerte porque aprender a morir también es aprender a vivir». Con el objetivo de dar naturalidad a la reflexión sobre la muerte, como un proceso ineludible de la vida, Córdoba, referente en cuidados paliativos de Andalucía al contar con la única unidad específica andaluza, en el hospital Reina Sofía, fue ayer escenario de una jornada en la que el Defensor del Pueblo Andaluz trasladó las conclusiones de un informe sobre este tema a colectivos de profesionales vinculados a la muerte digna. «Estamos en una sociedad más envejecida en la que vivimos más años, a veces, con enfermedades que antes eran letales», explicó Maetzu, que además de reclamar medidas para garantizar «la despedida del enfermo en los hospitales con habitaciones individuales y espacios íntimos en la UCI», aludió también a la muerte de los menores. «Los niños de los medios rurales no mueren en su domicilio porque los pediatras no tienen formación de cuidados paliativos», explicó el Defensor del Pueblo, que considera que «un niño no debe morir en un hospital, debe poder hacerlo en su casa».

Cada año mueren en Córdoba unas 8.000 personas, la mitad de ellas de forma inesperada. En el área sanitaria de Córdoba, unas 2.000 personas serían candidatas a cuidados paliativos, y actualmente llegan solo a unos mil, según datos del director del Plan de Cuidados Paliativos, Antonio Llergo, que informó de que ya se está empezando a formar en cuidados paliativos a los pediatras para mejorar las condiciones del tránsito a la muerte de los menores. En la jornada de ayer participó también el teniente alcalde de Presidencia, Emilio Aumente, y la viceconsejera de Salud, Isabel Baena, que dijo recoger el guante del Defensor del Pueblo Andaluz «sobre la necesidad de seguir mejorando los procesos asistenciales al final de la vida».

La última mesa redonda de ayer se centró en la eutanasia y el suicido asistido. Según Maeztu, «es un tema que próximamente va a estar en el debate público como lo estuvo en su día el aborto o el divorcio y no podemos eludirlo», dijo dirigiéndose a los profesionales sanitarios, «se trata de una cuestión con connotaciones morales y éticas en las que debéis decidir vosotros, pero siempre desde una posición informada».