Alrededor de cinco mil olivareros cordobeses, según las organizaciones agrarias convocantes, se desplazaron ayer a Sevilla a participar en una manifestación que, de no haber sido por la división que se ha producido en el sector (Cooperativas Agroalimentarias y Asaja no se unieron a la convocatoria), hubiera sido aun más multitudinaria. Como se encargaron de recordar la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, y el secretario provincial y regional de UPA, Miguel Cobos, Córdoba «tiene mucho que perder» en la actual crisis de precios. Las cifras no dejan lugar a las dudas. El olivar está presente en más de cincuenta municipios de la provincia, incidiendo de manera importante en la economía y el empleo de estos pueblos. Así, la recogida de la aceituna y las labores de elaboración del aceite de oliva generan en la provincia alrededor de 4,5 millones de jornales para una actividad que representa, según las campañas, alrededor del 50% de la producción final agraria. Este porcentaje se superó en el 2018 al significar el 59% de la producción final de Córdoba con uno valor estimado de este cultivo de 875 millones de euros. Además, el aceite es el segundo producto que más exporta la provincia, tras el cobre, con unas ventas exteriores en el 2018 de 586 millones de euros, frente a los 666 de la industria del cobre.

Solo en Córdoba se cultivan más de 42 millones de olivos sobre una superficie que se acerca ya a las 355.000 hectáreas (22% del olivar andaluz). Lejos de atenuarse su importancia, las nuevas plantaciones siguen expandiéndose sobre tierras que eran inhabituales en la Campiña cordobesa. Además, Córdoba es la principal productora mundial de aceite de oliva ecológico al elaborar el 34% de Andalucía. En la actualidad, tras su importante crecimiento, el olivar representa ya el 94% de todos los cultivos leñosos.

Esta crisis de precios ha provocado unas pérdidas de 360 millones en la provincia, según UPA, de los 1.500 de Andalucía. Detrás se encuentra la diferencia que existe entre lo que cuesta producir un kilogramo de aceite (como media 2,7 euros) y el valor que están recibiendo en la actualidad los olivareros por el aceite (2,2 euros). Además, en algunas zonas de olivar tradicional las pérdidas se acentúan al ser mayores los costes. Si en junio del 2017 se pagaban a 3,97 euros por kilo, hoy el virgen extra está 2,2 (-43%). Las cuentas no salen para el agricultor.