El 14 de junio del 2018 debe pasar a la historia como la primera vez que Córdoba celebró el día de recuerdo y homenaje a las víctimas del golpe militar y la dictadura. Un día, en el que la ciudad comenzó a saldar una deuda contraída con las 4.000 personas que aún hoy yacen sin identificar en los cementerios de la Salud y San Rafael, o las más de 60 personas, entre concejales y trabajadores del Ayuntamiento de Córdoba, represaliadas tras el golpe de estado o en la dictadura. Al frente de la Corporación municipal de aquel fatídico verano del 36, estaba un extremeño, Manuel Sánchez-Badajoz, el alcalde socialista asesinado la madrugada del 8 de agosto de 1936 por las tropas franquistas que tomaron Córdoba a la orden de Ciriaco Cascajo. Ayer, la ciudad también hizo justicia a la memoria del último regidor de la Segunda República.

Los actos de homenaje se sucedieron a lo largo de toda la jornada y dieron comienzo con el descubrimiento de una placa en la fachada del Ayuntamiento, en la que además de Sánchez-Badajoz aparecen los nombres de los 19 concejales represaliados en aquel verano trágico (8 del PSOE, 7 de Izquierda Republicana, 3 de Unión Republicana y un comunista). Cuatro más desaparecieron, entre ellos la primera concejala mujer: Antonia Fernández. El acto, sencillo pero muy emotivo, contó con la participación de los nietos y biznietas del alcalde Sánchez-Badajoz, así como de familiares de otras víctimas del franquismo como la nieta del capitán Manuel Tarazona, el militar que se mantuvo fiel al orden democrático de la República en Córdoba.

La alcaldesa, Isabel Ambrosio, se refirió a la deuda que tiene Córdoba con esas 4.000 víctimas --Dejadnos llorar ha celebrado esta semana las jornadas tituladas La causa de los 4.000 de Córdoba-- , y lamentó que haya habido que esperar 82 años para poder celebrar este día. «No podemos devolverles la vida, pero sí la memoria y el honor», dijo Ambrosio. El descubrimiento de la placa solo fue el preludio de una larga jornada en la que participaron todas las instituciones, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía, así como los colectivos memorialistas, y en la que las autoridades se desplazaron a los muros de la memoria, donde, al igual que en la tumba de Sánchez Badajoz, se depositaron flores. En el homenaje participaron representantes de todos los grupos políticos, la delegada del Gobierno andaluz, Esther Ruiz, y exalcaldes como Herminio Trigo y Manuel Pérez.

PERDÓN OFICIAL / Ya por la tarde tuvo lugar el acto oficial, organizado por la Junta en la Delegación de Cultura, al que asistió el presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, y la consejera de Justicia, Rosa Aguilar, que puso el acento en la importancia de llevar la memoria histórica a las aulas: «Conocer lo que pasó es la mejor manera de cimentar una España de futuro». Además, resaltó «el compromiso expreso» de la Junta para continuar con la búsqueda de las víctimas. Durán, por su parte, pidió perdón a las familias «por haber aguantado con tesón no tener un lugar en el que llorar o al que llevar flores». En el acto se personalizó el homenaje en seis personas: Remedios Gómez, Rafael Espino, presidente de Aremehisa, los historiadores Francisco Moreno y Antonio Barragán, el capitán Manuel Tarazona y Julián Caballero. El colofón lo puso el conservatorio de música Músico Ziryab.