Cuando dos genios se unen, puede salir una gran frivolidad. Y eso pasó en 1967, cuando Adolfo Suárez, a la sazón director de TVE-1, reunió a Chicho Ibáñez Serrador y a Jaime Armiñán para que pergueñasen un éxito internacional. El objetivo del régimen era enterrar la autarquía y vender a Europa la imagen de una España moderna y abierta. Y un camino para ganar prestigio eran los premios de la tele. Así, Chicho y Armiñán idearon lo que más podía asombrar de España, Historia de la censura, en la que se reían de una de las miserias del franquismo. Pero como al censor (don Francisco Gil Muñoz) no le gusta que se rían de él, la obra (musical, por sugerencia de Suárez) tuvo una gestación muy accidentada, y a punto estuvo de ser abortada.

Los problemas empezaron con el rodaje de una parodia de desfile olímpico en el estadio de Vallehermoso. Ante la atenta mirada del rígido censor Felipe II (Luis Sánchez Polack, Tip ), altas y esbeltas atletas extranjeras aparecían con shorts ajustados, mientras que las esmirriadas españolas lucían pololos hasta la rodilla. La censura lo prohibió, pero Suárez insistió. Así, se intentó torear a Gil Muñoz con un ambiguo Historia de la frivolidad, visión divertida y osada de la evolución del censor desde Adán y Eva hasta el siglo XX. Quedan para la historia gags tan geniales como el himno de la Liga Femenina contra la Frivolidad (con Rafaela Aparicio, Lola Gaos, Irene Gutiérrez Caba y Margot Cottens), el descubrimiento de América (con Zori Santos y Codeso) y el estriptís medieval que lleva a la hoguera a la protagonista (la actriz Irán Eory).

Pero cuando la Historia... ya estaba lista para ganar, otra traba casi dio al traste con todo. Esta nació de la propia hipocresía del régimen: el Festival de Montecarlo exigía que la obra debía estrenarse antes de participar. Historia de la frivolidad se presentaba en Europa para mostrar lo abierto que era el régimen, pero no para verse en España. Esto provocó una crisis entre retrógrados y aperturistas.

A TIJERETAZO LIMPIO

Se solucionó a tijeretazo limpio (el propio director general de TVE, Juan José Rosón, cortó secuencias ante los atónitos Chicho y Armiñán), y con un estreno digno del régimen: el 9 de febrero, pasada la medianoche y cuando la programación ya se había cerrado con el himno español, apareció una presentadora que anunció un espacio No apto para todos los públicos .

Historia de la frivolidad sorprendió y arrasó en Europa y se convirtió en la producción más premiada de la historia de TVE: Ninfa de Oro en Montecarlo, Rosa de Oro y primer Premio de la Prensa en Montreux, Targa d´Argento en Milán y, para más inri , premio de la Asociación Católica Internacional (Unda), de la que formaba parte el padre dominico Luis Fierro, primer responsable de la programación religiosa en TVE. ¡Qué gran frivolidad la de la censura!

El estriptís de Irán Eory (a la izquierda) y el himno de la Liga Femenina contra la Frivolidad que lidera Irene Gutiérrez Caba (sobre estas líneas) son dos de los mejores gags del premiado telefilme Historia de la frivolidad, que se rodó en TVE.