El matemático, ingeniero eléctrico e informático Salman Khan, galardonado ayer con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, se ha erigido como el maestro del mundo gracias a su capacidad pedagógica, su visión de futuro y un método innovador basado en el lema «Sólo tienes que saber una cosa: puedes aprender cualquier cosa». Sesenta millones de usuarios de 190 países dan fe hoy en día de la utilidad de la plataforma educativa en red y gratuita que este estadounidense de 43 años puso en marcha hace poco más de una década desde su casa familiar de Silicon Valey con sus ahorros.

En el origen de su idea se situó su prima Nadia a la que en 2004, cuando contaba 12 años, ayudó a superar sus problemas con las matemáticas. Las lecciones que impartía a través del teléfono dieron sus frutos y al correrse la voz de su éxito, pronto se vio dando clase también a una quincena de hijos de otros familiares y amigos.

En 2006, para ganar en eficacia, abandonó el teléfono y algunas aplicaciones informáticas para centrarse en la elaboración de vídeos con lecciones sencillas que luego subía a Youtube, como le había recomendado un amigo. El propio Khan ha relatado cómo sus alumnos le decían que preferían ver sus vídeos a clases presenciales porque de esa forma podían volver atrás y visualizarlo cuantas veces fuese necesario hasta comprender la lección, cada uno a su ritmo. Estos vídeos empezaron a ser vistos cada vez por más gente y sus sencillas clases iniciales de álgebra y matemáticas llegaron así a miles de internautas de todas las edades.