La Asamblea Ciclista de Valladolid pidió ayer tras la muerte de dos ciclistas en León, atropellados por un conductor bebido, un cambio en las «políticas de seguridad vial» y que delitos tratados como «homicidio por imprudencia sean tratados como lo que son, como un asesinato». El autor del atropello podría enfrentarse a una pena máxima de solamente cuatro años de cárcel.