La defensa del padre Román que ha ejercido el letrado Javier Muriel ha subrayado la «maldad intrínseca» del denunciante, tras lo que ha reafirmado la petición de que pague las costas procesales.

Ha apuntado además que el denunciante buscó con el inicio de esta causa una venganza, afianzarse profesionalmente y dinero, para lo que contó «una película de ciencia ficción» en la que era «todo ilógico».

La defensa del sacerdote ha pedido que la acusación pague las costas por interpretar que el denunciante ha tenido «mala fe procesal» y ha relatado «el infierno» vivido por el procesado y los inicialmente investigados, por lo que ha confiado en que se dicte una «esclarecedora sentencia absolutoria».

Tras nueve sesiones, once investigados iniciales y cerca de medio centenar de testigos y peritos, el juicio ha quedado visto para sentencia en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Granada con cargos de las acusaciones particular y popular y la retirada de la petición de penas del ministerio público.

Por su parte, la acción popular, que ejerce la asociación Prodeni, mantiene la solicitud para el sacerdote de una pena de 15 años de prisión, inhabilitación absoluta por 15 años, privación de residir en el lugar en que resida la víctima por 15 años y prohibición de aproximarse y comunicarse con ella durante 15 años, así como una indemnización de 75.000 euros por daño moral.