Ea estadounidense Karen Keskulla Uhlenbeck se convirtió ayer en la primera mujer en ganar el premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas, en la década y media de historia del galardón. Uhlenbeck, de 76 años, fue premiada por sus «logros pioneros sobre ecuaciones diferenciales parciales geométricas, la teoría de gauge y los sistemas integrables», así como por el «impacto fundamental» de su trabajo en temas de análisis, geometría y física matemática, según el fallo difundido ayer en Oslo. La Academia Noruega de las Ciencias y las Letras resaltó que Uhlenbeck, adscrita a la Universidad de Austin (EE.UU.), es una de las fundadoras del análisis geométrico moderno y que su perspectiva se ha implantado en las matemáticas y ha conducido a algunos de los avances «más espectaculares» en ese campo en los últimos 40 años. «Sus teorías han revolucionado nuestro modo de entender las superficies mínimas, como la formada por las burbujas de jabón, y los problemas de minimización generales en dimensiones más altas», explicó el presidente del comité, Hans Munthe-Kaas. Las técnicas y métodos de análisis global desarrollados por Uhlenbeck forman parte «de la caja de herramientas de todo geómetra y analista» y su trabajo es la base también de los modelos geométricos contemporáneos aplicados en matemática y en física. El jurado destacó también que Uhlenbeck es «un modelo a emular y una firme defensora de la igualdad de género en el mundo de las Ciencias y las Matemáticas». Nacida en Cleveland (EE.UU.) en 1942, Karen Uhlenbeck se graduó en la Universidad de Michigan y se doctoró en la de Brandeis, pero fue en la de Chicago, en la década de 1980, donde se convirtió en un referente internacional. La matemática estadounidense sucede en el palmarés del premio al canadiense Robert P. Langlands, distinguido el año pasado «por su programa visionario que conecta las teorías de la representación y de los números». El galardón está dotado con 6 millones de coronas noruegas (703.000 dólares, 620.000 euros). El premio Abel se denomina así en recuerdo del matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), y fue establecido por el Parlamento de este país en 2002. El Comité Abel, compuesto por cinco matemáticos reconocidos, es el encargado de elegir cada año al ganador. Uhlenbeck tiene dos cualidades para cualquier matemático: la primera, la capacidad de abarcar muchos ámbitos matemáticos y la virtud de tener una visión amplia; la segunda, la capacidad de salirse del camino marcado para preguntarse qué ocurre si no se aplica una condición que hasta su director de tesis empleaba para solucionar un problema.