Uno de los derechos por los que vela el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es el de igualdad y no discriminación por razón de orientación sexual o identidad de género. Resulta chocante, pues, que la jueza María Elósegui haya sido elegida para ocupar un puesto en este organismo. Una de sus opiniones es: «[La transexualidad] es una clara patología referente al sexo psicológico que crea una severa disfunción que en no pocos casos conduce al suicidio». Y otra es: «La conducta homosexual, que como se sabe es mucho más compulsiva, lleva, a pesar de la gran necesidad afectiva de estas personas, a tener un elevado número de parejas, hasta el punto de que el conocido sociólogo homosexual alemán Danneccker ha escrito que ‘la fiel amistad homosexual es un mito’».

Tiempo les ha faltado a varios colectivos LGTB para criticar la elección de Elósegui, a quien acusan de defender postulados «estigmatizantes e inaceptables» sobre la homosexualidad y de concebir la transexualidad como un «síndrome psiquiátrico». «Que el Gobierno haya propuesto a una jueza con un currículo tan alejado de la legislación española en materia de diversidad deja patente el estado actual de la justicia en materia de igualdad LGTB y la falta de interés por cambiarlo», ha declarado el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia. A las críticas se han sumado Izquierda Unida, Podemos y En Comú, que han calificado también de «homófoba» a la catedrática de Filosofía del Derecho en la Universidad de Zaragoza.

Alarma trans

La revista Dos Manzanas, una de las principales publicaciones para público gay, ha escrito: «[Elósegui] ha defendido en el pasado posturas sobre la homosexualidad que consideramos claramente homófobas». Y ha añadido: «Son sobre todo sus posicionamientos sobre la transexualidad, que de forma explícita considera una patología psiquiátrica, los que nos generan una mayor alarma».

La magistrada era la única mujer en la terna que propuso España al Consejo de Europa y, a priori, la menos favorita. Amén de sus declaraciones, su pensamiento también queda reflejado en una entrevista al portal vinculado al Opus Dei almudi.org, recogida por elDiario.es: «Quienes construyan y realicen su comportamiento sexual de acuerdo a su sexo biológico desarrollarán una conducta equilibrada y sana, y quienes se empeñen en ir contra su biología desarrollarán distintas patologías. Eso está claro», explica.

En el libro titulado El rostro de la violencia. Más allá del dolor de las mujeres, Elósegui escribe un capítulo junto a la catedrática Carmen Marcuello en el que ambas abogan «por unas relaciones sexuales de género». En dicho artículo defienden que la fidelidad es el valor más importante para la felicidad de la pareja, «tanto para el varón, como todavía más para la mujer».

Elósegui -que dice no manifestarse «explícitamente y como punto de partida en contra de la ideología gay»- también se ha posicionado en contra de que se llame matrimonio a las uniones entre homosexuales. Lo hace en una larga disquisición sobre el derecho civil en el que, según ella, también «ha penetrado la ideología liberal».

Tras su nombramiento, Elósegui señaló que podrá aportar al tribunal una «sensibilidad especial» con los derechos humanos y una visión y perspectiva de mujer.