Nadia Nerea tenía una enfermedad considerada rara, pero no había riesgo para su vida. Sus padres, Fernando Blanco Botana y Margarita Garau Ramis, usaron la dolencia de la niña como engaño para captar dinero en concepto de donaciones. Este es un escueto resumen de la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Lleida que condena por estafa continuada agravada a los progenitores de la menor, que ahora vive en Baleares con una tía. Al padre, que ya está encarcelado, los magistrados le imponen cinco años de prisión y una multa de 3.000 euros; a la madre, actualmente en libertad, se la condena a tres años y seis meses de cárcel y una multa de 2.400 euros. El tribunal considera acreditado que ambos se enriquecieron en 402.232,65 euros.

El tribunal condena al matrimonio a hacer frente a una indemnización a los perjudicados como responsables civiles. La justicia, de entrada, les tiene confiscados unos 320.000 euros. Además, deberán pagar las costas del proceso judicial, incluidas las de la acusación particular. Las defensas han anunciado que recurrirán.

La resolución describe que los ahora condenados, son padres de una menor que sufre tricotiodistrofia, enfermedad genética de las catalogadas como «raras» que provoca alteraciones cutáneas, oftalmológicas y un trastorno del desarrollo y del lenguaje en un contexto de inteligencia límite, «aunque sin riesgo vital inminente» para la menor. La niña, que ahora tiene 13 años, también sufre un trastorno de déficit de atención.

Los magistrados sostienen que, aprovechando la enfermedad de Nadia, sus padres «urdieron un plan para obtener un lucro patrimonial ilícito», constituyendo la Asociación Nadia Nerea para la tricotiodistrofia y enfermedades raras de Baleares. En los estatutos de la entidad figura como presidente Fernando Blanco y, como tesorera, Margarita Garau. El objeto social era recaudar fondos para la investigación de la enfermedad.

La sentencia detalla que entre los años 2010 y 2016, los acusados acudieron a programas de televisión y concedieron entrevistas a medios escritos, «siendo muchas las veces en que aparecían en compañía de la menor interactuando con ellos». A través de estos encuentros con la prensa, no solo ofrecían explicaciones de la enfermedad de Nadia, sino que también manifestaban que necesitaban dinero para la investigación de esta dolencia y para «sufragar los elevados costes de falsos tratamientos».